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Aldo Sessa, el artista que enseña a ver más allá de lo visible

El fotógrafo argentino, reconocido como uno de los más importantes del mundo, explora el potencial que ofrecen los dispositivos móviles en una muestra con imágenes en alta calidad y gran formato.

Aldo Sessa
Aldo Sessa en el patio de su estudio. | María François

Aldo Sessa está de pie en su estudio frente a una fotografía en blanco y negro del año 2010 en la que se ve una imagen surrealista: en la pupila de un ojo en primerísimo plano se reflejan las piernas de un hombre que camina sobre una vieja vereda del microcentro porteño.

"Yo veía aparecer esta foto en mi computadora durante dos o tres años. Pensaba que era una foto de un fotógrafo húngaro de los años 30 que alguien debió haber reproducido en una postal en Nueva York. En el Metropolitan te venden unas postales con reproducciones de grandes fotógrafos" explica el artista argentino en diálogo exclusivo con PERFIL.COM. 

"Me encantaba esta foto. La valoraba como una foto de un fotógrafo húngaro. Cuando vino la gente del Museo de Arte Moderno e hicieron toda la edición del material de la muestra la veo aparecer constantemente en la pantalla. Entonces le dije a mi asistente que les avisara que no era mía. Y él me dijo 'No, Aldo, ellos encontraron unas 15 o 16 tomas. Es suya'. Estaba feliz".

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Aldo Sessa. Ojo de Cabezas
La mirada de José Luis Cabezas que estaba al ingreso del edificio de la calle Chacabuco donde la Editorial Perfil tuvo sus redacciones hasta 2014. (Foto: Aldo Sessa)

Puede parecer extraño que un artista vea un trabajo hecho por él y no lo reconozca como propio. Pero si se tiene en cuenta que en más de sesenta años de trayectoria Aldo Sessa creó un archivo de alrededor de dos millones de fotografías, resulta fácil de entender.

El artista reconoce además que disfruta de las buenas fotografías que le gustaría haber sacado sin importar de quién sean.

"Me puse a pensar y me acordé que fui a ver a Fontevecchia a la redacción de la calle Chacabuco. Tenían la puerta de vidrio y adentro un ploteo con la cara de Cabezas. Cuando llegamos vi el ojo y vi que había una esquina. En un momento vi pasar gente por el reflejo a través de la pupila, entonces vi ésto. Saqué. Lo más interesante fue que cuando me dijeron que era mía, la puse en la pantalla e inspeccionamos la foto. Miren lo que encontré acá. Oca al revés. Este camión que estaba acá estacionado, era un camión de Oca. Mirá las cosas que pasan, ¿no? Fue una cosa muy rara".

En las paredes de la antigua casa reciclada como estudio ubicada en el límite entre Barrio Norte y Recoleta se ve una pequeña selección de fotografías que permiten asomarse apenas al universo visto por Sessa a través de las lentes de las distintas cámaras que utilizó a lo largo de los años.

Aldo Sessa. Mi tercer ojo. Muestra de fotografías tomadas con la cámara del teléfono celular.
"De casualidad vi en la pantalla de mi computadora algo de Bob Dylan que decía que 'nadie es libre, ni siquiera los pájaros'. Entonces tomé un taxi y me fui a Tribunales. Empecé a mirar cómo estaban los pájaros, como volaban, como se posaban en los cables que había. Hice esta serie de fotos y ahí me di cuenta de que los pájaros libres en una ciudad están dentro de una gran jaula". (Foto: Aldo Sessa)

Una de ellas fue descubierta por el artista veinte años después de haberla tomado a los bailarines principales del Bolshoi en el Teatro Colón.

"Era tal el ritmo de 400 o 500 fotos cada noche todos los días durante seis años que al verlas en el visor ya tenía los ojos destruidos. Y después tenía que hacer otras 400. Entonces veía esas fotos una sola vez" recuerda Sessa. 

"Un día, después de 20 años, estaba mirando una carpeta con un cuentahilos, veo este negativo, y digo 'qué buena que está esta foto, si fueran Vassiliev y Maximova, qué buena sería'. Y eran. Son ellos entrando a escena, él la llevaba".

"Nunca la cámara fue un problema. La cámara es un simple instrumento y puede ser un vil instrumento, porque puede ser la peor cámara del mundo, y sacás la foto igual.  Con cualquier cosa la podés sacar. No hay una gran cuestión en la máquina, no es nada." 
Aldo Sessa

También están expuestas una imagen del edificio Flatiron de Nueva York y tres imágenes del Empire State Building reflejado sobre un camión de acero inoxidable que deforma las líneas de la estructura original. A través de esos juegos de reflejos, luces, sombras y contrastes Sessa captura imágenes que parecen pinturas abstractas. Seguramente sus inicios como pintor han influido en una forma de mirar que se manifestó desde sus primeras fotografías.

"En todos estos edificios cuando vos levantás la cámara tenés a otras cuarenta personas que les están sacando fotos. Entonces lograr algo que sea muy diferente es realmente un gran desafío" señala el artista.

También forman parte de este conjunto de obras una escena de la estación Constitución perteneciente a una época en que el saco y la corbata eran el atuendo obligado y dos collages de fotografías: uno tiene como protagonista al director argentino Daniel Barenboim y muestra una sucesión de ademanes y gestos mientras dirige a su orquesta en un ensayo; el otro pertenece a la famosa serie Tango en la que Sessa captura la progresión de movimientos en la danza tradicional de Buenos Aires en un plano cenital.

"La gente, sin saberlo, está aprendiendo el mayor secreto de la fotografía que es entrenar la mirada para poder ver más cosas. Esa es la única diferencia que hay entre un fotógrafo y una persona que no lo es".
Aldo Sessa

Durante su carrera como fotógrafo Aldo Sessa utilizó diferentes tipos de cámaras y abordó temas tan diversos como los viajes y paisajes, el retrato, la abstracción, la escena teatral, el fotorreportaje y el costumbrismo además de la experimentación.

A punto de cumplir 80 años, el fotógrafo presentará en la galería Maman Fine Art su primera muestra realizada íntegramente con fotografías tomadas con la cámara de un teléfono celular en las que su mirada de artista permanece inalterable más allá del instrumento que utiliza.

Aldo Sessa. Mi tercer ojo. Muestra de fotografías tomadas con la cámara del teléfono celular.
La estatua de la Libertad, vista por el artista. (Foto: Aldo Sessa)

Su interés por el celular surgió de a poco y casi sin darse cuenta.

"Fui cambiando los teléfonos y fui progresando para ver cómo evolucionaba pero diría que en los últimos tres años fue algo notable", destaca Sessa.

"Tengo el teléfono en el bolsillo por si me llaman y tengo una Leica, una Rolleiflex, una Pentax o una Canon y con eso trabajo. Cuando había alguna posibilidad de hacer algún tiro más usaba el teléfono. Y empezamos a analizar la calidad del teléfono. Inclusive en un interior sacás una foto con otra cámara digital y después sacás un detalle con el teléfono para acordarte. Vas al visor y la mejor imagen, el mejor balanceado: el teléfono, perfecto". 

A partir de allí Sessa sumó una nueva herramienta a "la ferretería", como llama con gran sentido del humor a sus equipos profesionales. "El teléfono empezó a imponerse, fue tomando su lugar".

Aldo Sessa. Mi tercer ojo. Muestra de fotografías tomadas con la cámara del teléfono celular.
"Cuando estás en esto desde toda la vida empezás a descubrir, tenés el ojo, el ojo, el ojo. Es la clave de todo. Todo es visual". (Foto: Aldo Sessa)

En base a los resultados que obtuvo y ante la calidad de las imágenes, el artista encontró una relación con varios conceptos que él considera simples pero importantes, por lo que decidió que las fotografías debían mostrarse

"El mundo es cada día más visual y por supuesto mucho más universal a través de todos los sistemas digitales. Y la gente, sin saberlo, está aprendiendo el mayor secreto de la fotografía que es entrenar la mirada para poder ver más cosas. Esa es la única diferencia que hay entre un fotógrafo y una persona que no lo es. Una persona común está interesada en cosas muy importantes pero no desarrolla el ejercicio de la mirada. Por lo tanto deja de ver miles de cosas. Pero como tiene un teléfono, a medida que entrene su ojo y despierte sus sentimientos, sus gustos, va a hacer click y va a ser feliz con una gran foto".

"Lo que tienen que hacer cuando caminen es mirar qué pasa en el suelo, miren los reflejos, miren las flores pisoteadas, saquen alguna de esas fotos para sacarse un gusto aparte de la del nieto, la velita, la del hijo, todas esas cosas".
Aldo Sessa

En boca de Sessa la fotografía parece un arte sencillo y genera en quien lo escucha un enorme entusiasmo. Quizás sea ese otro rasgo de su carácter: hacer que las cosas parezcan fáciles. Sin embargo al ver sus obras el espectador no puede dejar de admirar el talento del profesional.  

"Recuerdo a la gente cuando me ponderaba una foto en la retrospectiva del Bellas Artes en 1989 que decía 'Ay esa foto, qué buena, que el Rosedal, que el agua, que el reflejo, que el charco, las flores en el charco'. Y yo les dije '¿Les gusta? Bueno ¿saben una cosa? eso estaba adelante mío'. Como para decirles si lo tenés adelante hacés eso y es lo mismo. Sacá la foto". 

"Después les decía 'lo que tienen que hacer cuando caminen es mirar qué pasa en el suelo, miren los reflejos, miren las flores pisoteadas, saquen alguna de esas fotos para sacarse un gusto aparte de la del nieto, la velita, la del hijo, todas esas cosas'. Miles y miles de personas me dijeron 'vine por tal cosa, vi tal cosa, hice eso, saqué tal foto, saqué tal otra'. O sea, la gente empezó a descubrir. Ahora imaginate eso a escala mundial, universal, lo que significa".

Aldo Sessa
"Me divierten mucho las cosas manuales. Esto lo empecé a hacer con recortes, es tan lindo este papel. Miren cómo se mueve con respecto a la luz. De repente por esa ventana aparece un rayo de sol a la tarde. Vos te podés hacer un escenario. Entra la luz por la persiana en plano horizontal. Y yo esto lo muevo. Esto se transforma y presta el servicio para el cual fue hecho. Así hice muchas cosas experimentales". (Foto: María François)

A medida que habla, Sessa se entusiasma con las ideas de la masificación de la fotografía y del aprendizaje de la gente a mirar el mundo de otra forma.

"Todo ese ejercicio subconsciente de sacar una foto y de ir descubriendo cosas -porque veo muchas fotos buenas con teléfono- hacen que se abra un camino. Por de pronto se apuntala la razón de mi profesión que es que la fotografía es un medio de comunicación increíble" subraya el artista.

"Cuando nace la fotografía en 1839 estaba el miniaturista que pintaba en un medallón la cara de una persona y vos decías ¡qué bárbaro!. Bueno, a mí me gusta ver el daguerrotipo de San Martín, ese es el San Martín verdadero. La fotografía le aportó al arte la realidad, algo de lo que nadie podía dudar. Hoy lo puede hacer el universo. Sin darse cuenta van a surgir muchísimos fotógrafos muy buenos. Esta muestra es una despabilada nacional para que se den cuenta de que ese es el camino. Nada de máquinas, de lentes, ésto va a ser fabuloso. Si sacás esta foto, vos podrás decir 'qué linda foto que saqué’ y, si querés, enmarcártela y ser muy feliz, decorar tu casa". 

"Si vos no tenés un fuego sagrado que te lo da la irracionalidad de acometer proyectos por el entusiasmo, tu amor por eso que encarás, vos no lo podés hacer. No es vocación, es mucho más, mucho más ciego que la vocación".
Aldo Sessa.

Con el objeto de reafirmar el concepto, las imágenes que se exponen en la galería Maman Fine Art, en alta calidad y gran tamaño, están enmarcadas en la reproducción de teléfonos celulares. En cada fotografía aparece el sello distintivo de Sessa, quien además destaca la versatilidad del teléfono como herramienta.

"Es una especie de muestrario de todo lo que podés jugar y lo que podés llegar a ver. Es un ejercicio visual y de libertad enorme. Yo me siento de cinco años haciendo esto, es un juego, un gran entretenimiento y un gran atractivo de descubrimiento. Es fantástico", se entusiasma. 

"Es un elemento que lo tenés siempre en tu bolsillo. Casi siempre salgo con una cámara pero la seguridad de poder captar con el teléfono es genial, es muy disimulado, muy low profile. Muchas veces estoy en un bar, apoyo el teléfono sobre la mesa y lo tengo al tipo enfrente, lo estoy viendo y el tipo cree que estoy leyendo el teléfono. ¡Cilck! Tengo la foto del personaje adentro del bar, el cigarrillo, el contraluz, el tipo que lava el vidrio en el bar de la esquina. No inhibe a nadie al teléfono".

Los resultados son asombrosos y aparecen otra vez los reflejos, las experimentaciones con luces y sombras a partir de maquetas realizadas por el propio artista, los autorretratos, los paisajes de Nueva York y de Buenos Aires, los detalles que se convierten en abstracciones o los objetos captados en su estudio. 

Aldo Sessa. Mi tercer ojo. Muestra de fotografías tomadas con la cámara del teléfono celular.
El sello personal de Aldo Sessa es inconfundible y se mantiene más allá de la técnica que utiliza para tomar sus fotografías. (Foto: Aldo Sessa)

Ante la consulta sobre los reparos que podrían poner algunos fotógrafos al uso de la cámara del celular, Sessa no duda en su respuesta.

"Hay fotógrafos que están en contra de todo. Qué máquina tenés. Qué máquina usás. Después blanco y negro o color. Todo el mundo preguntando por qué, si es mejor o no. Estados Unidos, por ejemplo, es un país donde la fotografía está dignificada desde hace muchos años, porque hubo grandes fotógrafos y no hay ninguna inhibición. Vos estás con una cámara en la calle, con la Leica colgando, y se te acercan y te dicen qué gran cámara, felicitaciones, tengo una, ¿qué usa?. No hay reglas de ninguna índole salvo las cosas con las cuales vos te sentís bien. Por eso hacés una foto con el teléfono... yo lo he metido en hielera, tengo fotos con los cubos de hielo en macro. En este país hay conflictos locales, que no son internacionales. Hay cosas que son comprensibles. Estás más alejado. Tus grandes conclusiones las sacás frente a grandes obras, creería. Cuando vos podés ver más cosas, tu cabeza se abre más. Entonces cuando estás en el exterior, ves más exposiciones, más artistas, hay más parámetros, más libertad en el pensamiento".

"Hay una etapa fundamental para todos los artistas que es descubrir que lo único que vos podés hacer es ser vos. Si cada uno es él, como lo han sido los grandes maestros, si sos vos, has caminado por tu sendero".
Aldo Sessa

Al hablar sobre el enorme archivo de imágenes que se formó durante décadas, Sessa atribuye ese resultado a la pasión que tiene por su oficio más que a su vocación.

"Cuando hice mi libro con Borges nos quedamos después de la presentación para una foto. Borges me dice entre otras cosas 'Sessa, usted y yo estamos unidos por una vocación'. Yo le dije 'sí, claro' como le dije 'sí, claro' a todas las otras cosas. Pero con el correr de los años, y con más de 60 en la fotografía, puedo decir que no alcanza la vocación para hacer lo que tenés que hacer. Entonces si hacés los millones de fotos, si lo hacés todos los días, si lo hacés siempre como una cosa nueva, si siempre estás pensando qué vas a hacer mañana o te levantás y estás feliz pero ves que hay sol o llueve y decís 'qué día voy a tener hoy', donde vas a buscar todo y podés no tener nada porque no encontrás nada o sale una gran foto. Entonces ese esfuerzo tan largo y prolongado, 53 libros de fotos, temas en los cuales entrás y no sabés el día que vas a salir, con los gauchos entré y me quedé diez años, con el Colón me quedé cinco años, con el tango me quedé un año... Una cosa tan larga, si vos no tenés un fuego sagrado que te lo da justamente la irracionalidad de acometer proyectos por el entusiasmo, tu amor por la cosa, vos no lo podés hacer. No es vocación, es mucho más, mucho más ciego que la vocación".

Aldo Sessa. Mi tercer ojo. Muestra de fotografías tomadas con la cámara del teléfono celular.
La muestra "Mi tercer ojo" es la primera del artista en que sólo se exponen fotografías tomadas con el celular. (Foto: Aldo Sessa)

La directora artística de Maman Fine Art, Patricia Pacino, ha realizado una selección de 70 fotografías entre unas 10.000 para la muestra Mi tercer ojo que se inaugurará el 26 de septiembre. Sessa no oculta su alegría por contar con la colaboración de la curadora y destaca que se siente muy acompañado por el entusiasmo y el profesionalismo que le transmitieron desde la galería.

"Me sorprendió muchísimo para bien, porque nunca sabés en lo que puede derivar la apreciación de una persona. Lo que Patricia captó del material me pareció una gran sorpresa porque no es fácil desde mi ángulo, que es un ángulo concreto porque es una imagen sentida, documentada y analizada por mis ojos. O sea, es un mundo que no va más allá de eso. Es una unidad que luego va a formar parte de un conjunto. Pero la apreciación de un conjunto es una captación que trasciende, que puede estar bien hecho o puede ser desastroso. Y creo que ella ha hecho un texto revelador sobre todo lo que intenté hacer, sin ninguna influencia salvo el análisis de la imagen a partir de su sensibilidad. Es muy positivo porque es esclarecedor". 

En cada una de las fotografías seleccionadas está la marca inconfundible de Sessa, cuya esencia se reconoce en el conjunto expositivo. En ese sentido, el artista destaca la importancia de la autenticidad a la hora de abordar un trabajo creativo.

"Hay una etapa fundamental para todos los artistas que es descubrir que lo único que vos podés hacer es ser vos. Si cada uno es él, como lo han sido los grandes maestros, si sos vos, has caminado por tu sendero. El arte está compuesto por todos los senderos y no podés estar copiando los demás. Hay mucho copión. Copiar, para mí, es el estado más negativo y bajo que puede tener un artista. Un tipo que empieza a copiar está liquidado. Está dejando su lugar, está bastardeando su lugar".

Para agendar

La muestra Mi tercer ojo de Aldo Sessa, inaugura el 26 de septiembre a las 19.00 en Maman Fine Art Gallery, Av. del Libertador 2475, Buenos Aires. Luego podrá visitarse de lunes a viernes de 11.00 a 20.00 y los sábados de 11.00 a 15.00.