El Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA) inauguró Constelaciones, una exposición antológica dedicada a Remedios Varo, la artista surrealista catalana que desarrolló su obra más representativa durante su exilio en México a partir de 1941.
La muestra, realizada en colaboración con el Museo de Arte Moderno de México y curada por Victoria Giraudo, jefa de Curaduría de MALBA y Carlos A. Molina, Curador en jefe de MAM, es la primera retrospectiva de Varo que se realiza fuera de México y reúne un conjunto de óleos, bocetos, fotografías, dibujos y objetos de la artista que en su mayoría forman parte de una colección pública perteneciente a la Secretaría de Cultura del Gobierno de México.
"Las constelaciones son esas estrellas que solamente desde nuestra perspectiva guardan esa posición", señaló Molina durante la presentación de la muestra y en referencia a su título.
"Si fuera posible que viajáramos a algún otro planeta o algún otro tiempo en términos cósmicos y nos moviéramos de este sitio, las mismas estrellas escribirían otras figuras. Y esa es la impresión que nos daba la obra de Remedios Varo. Una exposición como esta se enfrenta de inmediato con posibles nuevas lecturas".
En tanto, Giraudo destacó que Varo es "una artista integral: por un lado científica y por otro lado una expedicionaria e investigadora. Una mujer culta y muy lectora, amante de Borges, de Julio Verne, de Huxley, de los policiales y del misterio. Y en ese misterio que encierra la obra de Remedios Varo hay muchas capas de significación".
En tal sentido, la curadora rescata la importancia de los dibujos previos y los escritos (a los que también da el carácter de bocetos por la relevancia que tenían en relación a sus cuadros), y consideró que para un análisis de su obra hay que tener también presente a Remedios Varo como poetisa y escritora.
La artista partía de ideas claras sobre las que desarrollaba sus bocetos y apuntes a través de un proceso complejo antes de abordar la obra final.
La obra de Varo encierra un universo de fantasía donde todo lo que vemos oculta un nuevo significado y en el que conviven los vínculos entre el ser humano y el cosmos con un gran sentido del humor.
En su pintura existen a la vez elementos medievales, góticos, planos irreales, referencias a la alquimia, la magia, el misticismo, la religión, la literatura, la arquitectura y los sueños.
El primer núcleo de la exposición está dedicado a aquellas obras que fueron previas a su llegada a México y refleja una producción vinculada al surrealismo aunque aún no tiene la impronta inconfundible que hace reconocibles a sus cuadros.
Las tres primeras obras de este núcleo en las que hay referencias a la Segunda Guerra Mundial y al régimen colaboracionista de Vichy son clave para entender a Varo como una pintora no sólo fantástica sino también política y comprometida con su contexto.
Los siguientes núcleos -ordenados a partir de un espacio que fue trabajado como una suerte de laberinto sutil que se recorre con facilidad- comienzan con la obra "Ícono" ("obra fundacional en la obra de Varo", según Giraudo), un retablo que se cierra para poder guardar en su interior valores preciados. Esta pieza tiene muchos de los símbolos que más tarde aparecerán en otras obras y que marcan un recorrido en el que la fantasía, la metafísica y el misticismo tendrán un protagonismo determinante.
Desde aquí el visitante podrá ver poco a poco una obra más compleja en donde surgen ideas e imágenes vinculadas a la religión, la simbología cristiana, el esoterismo y la alquimia que le sirvieron para mostrar un universo interior atravesado por la angustia, propio de una mujer obligada al exilio.
Los rituales de la religión católica en cuanto a su relación e interpretación de la vida y la muerte así como toda su cosmogonía (que tenían un protagonismo relevante en la vida cotidiana en España y fueron parte de su niñez) adquieren en Remedios Varo una nueva dimensión al llegar a México, en donde la relación con la muerte está mucho más presente aunque con características distintas.
En las obras de su etapa madura surgen narraciones más profundas en las que se mezclan la tradición académica y la exploración plástica y conceptual de técnicas de vanguardia, donde ya no se ve el surrealismo de las décadas del 20 y el 30 sino que existe una especie de control sobre el gesto pictórico y las ideas.
Por su parte, el eje temático llamado "Bestiario" reúne trabajos en los que aparecen animales reales y fantásticos como protagonistas o disparadores de conflictos. Varo daba un cariz humano a los gatos que pintaba a través de su interacción con los personajes de las obras y los proveía de una identidad, a la vez que en su carácter de intermediarios con otros universos aparecían cargados de simbología.
Las presencias sobrenaturales y fantasmagóricas fueron un tema recurrente en su obra y están también en una serie de dibujos donde los miedos se vuelven antropomorfos y atraviesan las paredes para cernirse sobre los personajes.
En ese sentido, Remedios Varo supo bucear en la mente y llevar al dibujo ese terror que crece en forma irracional a partir de estímulos aparentemente inofensivos pero que bajo ciertas circunstancias se convierten en disparadores que despiertan los temores más profundos.
Las obras que se agrupan en el esquema llamado "Maquinaciones" parecen tener su inspiración en sus lecturas de ciencia ficción de donde tomó elementos que le sirvieron para la creación de objetos mecánicos fantásticos que plasmó en cuadros donde los personajes se funden con su entorno.
Quizás sea este el conjunto en que se haga más evidente la preocupación por representar un hecho que sucede en forma constante y perdura en el tiempo, en lugar de captar simplemente un instante detenido.
En el sector que cierra la muestra aparecen las referencias más claras a la magia, la astrología, las ciencias ocultas y la psicología. Aquí los curadores ubicaron el cuadro autobiográfico "La huida" en el que se representa a un hombre y una mujer sobre una barca en la que las ropas se transforman a su vez en velas y sirven para que el viento ayude a avanzar al pequeño bote. Es una escena de amor en la que la mujer es quien lleva el timón y decide el destino, en clara referencia a la libertad de pensamiento de la artista y la intención de librarse de todos los yugos impuestos por la sociedad: el primero de ellos, las expectativas sobre la mujer.
También son mujeres las figuras que admiraba y a una de ellas -tal vez Juliana González, catedrática de la Universidad de México a la que se debe el cruce entre psicología y filosofía que se dio en esa institución- dedicó el cuadro "Mujer saliendo del psicoanalista". Como en otros trabajos, tomó los elementos que le interesaban del Surrealismo, de Goya, de Da Vinci y del Renacimiento para crear su obra.
Sus estudios sobre psicoanálisis y las teorías de Gurdjieff y Ouspensky se sumaron a su bagaje de conocimientos teóricos y los hábitos y costumbres heredados de la religión católica, lo que dio como resultado una intensa búsqueda personal y espiritual que se refleja en su obra.
Varo nació en Gerona, España en 1908. Estudió en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. En 1932 se instaló en Barcelona y en 1937 en París. En las dos ciudades estuvo en contacto y participó de movimientos surrealistas. En 1941 se exilió en México a causa de la Segunda Guerra Mundial (en España ya gobernaba el fascismo y París estaba bajo el dominio nazi) en donde adquiere un estilo propio. Allí produjo su obra más significativa. Falleció en 1963.
En el marco de la exposición, el MALBA editó un catálogo con la reproducción de las obras de la muestra y textos de los curadores, además de un ensayo de la especialista en cultura y literatura medieval Victoria Cirlot en que profundiza sobre el mundo espiritual de Remedios Varo y su relación con la tradición surrealista.
Se puede obtener más información sobre las actividades paralelas a la exposición en la página web de MALBA.
El Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA) está en Av. Figueroa Alcorta 3415, CABA, y abre sus puertas de jueves a lunes de 12.00 a 20.00 y los miércoles de 12.00 a 21.00 (los martes permanece cerrado). La entrada general cuesta $280. Estudiantes, docentes y jubilados acreditados abonan la mitad. Los menores de 5 años y las personas con discapacidad entran sin cargo. Los miércoles el costo de la entrada general es de $140 y estudiantes, docentes y jubilados ingresan sin cargo.