El debilitamiento de algunas de las compañías tecnológicas más importantes hizo que las acciones estadounidenses cayeran el lunes debido a que el pesimismo por el aumento de la tensión comercial entre el gobierno de Donald Trump y China se sumó a la preocupación sobre el posible surgimiento de nuevas regulaciones para la industria. El dólar se mantuvo estable y los bonos del Tesoro subieron por quinta jornada consecutiva.
Todos los principales índices de referencia estadounidenses bajaron más de 1,5%. Las desarrolladoras de software y las fabricantes de semiconductores fueron las firmas de peor desempeño en el índice S&P 500. El Nasdaq 100 cayó más de un 3% a su punto más bajo desde abril por la preocupación de que las luchas comerciales afecten la demanda global e interrumpan las cadenas de oferta de las compañías tecnológicas más importantes, que han cargado al mercado alcista durante casi 10 años. Además la mayor caída de confianza de las constructoras de viviendas en más de cuatro años perjudicó al sector inmobiliario.
"La forma más fácil de detener la ola de ventas sería que Trump y [el presidente chino] Xi lleguen a algún tipo de acuerdo, incluso si solo se trata de postergar los nuevos aranceles y/o se mantiene el 10% por ciento hasta el 1 de enero", comentó Max Gokhman, titular de asignación de activos de Pacific Life Fund Advisors. "El mercado de acciones de EE.UU. comienza a internalizar la interrupción de la cadena de oferta, lo que es doblemente doloroso debido a la presión sobre los márgenes".
"Se observa el debilitamiento de los semiconductores por los débiles resultados de Nvidia que se publicaron la semana pasada", planteó Ryan Nauman, estratega de mercado de Informa Financial Intelligence. "A muchas empresas y analistas les preocupa que la demanda del iPhone haya disminuido. La preocupación en materia comercial tampoco está ayudando mucho a Apple con la cadena de oferta".
Los inversores reevalúan los mercados después de varias semanas de volatilidad estimulada por los temores en torno a los conflictos comerciales. El Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico no pudo ponerse de acuerdo para emitir una declaración conjunta por primera vez en su historia y el vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, atacó a China en una cumbre del fin de semana, con lo cual se anuló el optimismo de que las relaciones mejorarán en las reuniones del G20 que se iniciarán la próxima semana. Además, el incremento de las tasas de interés de EE.UU. eleva los costos de financiamiento y amenaza al crecimiento global.
"Cualquier margen de seguridad en cuanto a los índices de crecimiento global desapareció", indicó Tim Courtney, director de inversiones de Exencial Wealth Advisors. “Ahora estamos entrando en un período de lento crecimiento. Estamos en tierra de nadie, sentados, atrapados en un entorno de desaceleración e inflación lenta".
En Europa, el índice Stoxx 600 cayó tras una baja de Renault por acusaciones de mala conducta contra el líder de la fabricante de automóviles, Carlos Ghosn. Los bonos europeos en su mayoría bajaron. La libra fluctuó al tiempo que la primera ministra del Reino Unido, Theresa May, apelaba a los líderes empresariales a fin de aunar apoyos para su acuerdo sobre el brexit y Gibraltar surgía como nuevo punto de fricción.
Por otra parte, las monedas de Australia y Nueva Zelanda cayeron tras los comentarios de Pence. Bitcoin cayó debajo de US$5.000 por primera vez desde octubre de 2017. El crudo cerró en US$57 por barril y las acciones energéticas se recuperaron.