Los futuros de la harina de soja, un componente clave de la alimentación animal, subieron a un máximo de siete años luego de que el principal exportador, Argentina, suspendiera el registro de exportaciones, otra señal de que los países están restringiendo el comercio para proteger los mercados nacionales de alimentos.
Argentina suspendió temporalmente el registro para exportar harina y aceite de soja, según un memorando firmado por su Subsecretaría de Mercados Agropecuarios. El Gobierno generalmente bloquea el registro antes de aumentar los impuestos sobre los envíos para evitar que los agricultores se adelanten al alza con una avalancha de ventas.
Gobiernos desde Asia hasta Europa y América están tomando medidas para salvaguardar los suministros de cultivos locales mientras la guerra en Ucrania tensiona los mercados globales que ya están bajo presión por los problemas en las cosechas y una recuperación de la demanda. Hungría e Indonesia se encuentran entre las naciones que han impuesto restricciones al comercio de productos agrícolas que van desde los cereales hasta el aceite de cocina.
Los futuros de la harina de soja subieron hasta 3% en Chicago a US$491,60 por cada 2000 libras (0,91 toneladas), su nivel más alto desde mediados de 2014.