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La industria alimentaria cada vez más presionada por el gobierno argentino

La industria alimentaria de Argentina está sujeta a amplios controles de precios. Ahora, el Gobierno está investigando la producción y las entregas.

Inflación en alimentos.
Las empresas de retail fueron acusadas por el gobierno de faltantes en lasa góndolas. | CEDOC

La industria alimentaria de Argentina está sujeta a amplios controles de precios. Ahora, el Gobierno está investigando la producción y las entregas.

El Gobierno del país latinoamericano señaló el miércoles que está investigando a varias compañías, entre ellas Unilever, Danone y Procter & Gamble, por presuntamente reducir la producción o no cumplir con las entregas completas de alimentos y otros productos. Se trata del último golpe de política en el sector privado de un Gobierno que está interviniendo en toda la economía antes de las elecciones de mitad de período en octubre.

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Todas esas compañías venden productos que están sujetos a estrictas congelaciones o controles de precios. Al mismo tiempo, los reguladores también exigen que las empresas operen a plena capacidad a pesar de que los controles de precios merman las ganancias. La medida del Gobierno forma parte de una estrategia más amplia para garantizar el abastecimiento de productos en los supermercados mientras controla la inflación alimentaria, que en enero alcanzó 75,5% anualizado, según economistas de JPMorgan.

El Gobierno está enfrentando a las empresas por temas aparentemente menores. Según el Ministerio de Desarrollo Productivo de Argentina, en Danone se habría observado una importante disminución en la producción y despacho de quesos cremas y postres; la productora de pastas Fargo habría reducido el stock de diversas presentaciones de ravioles y ñoquis; en la multinacional Unilever se habría detectado “una caída de casi 100%” en su inventario de aderezos; entre otros.

Intoxicación alimentaria:
La inflación de los alimentos en enero fue del 75,5% en la comparación anual.

El Ministerio dio a las compañías un plazo de cinco días hábiles a partir del 17 de febrero para responder.

La investigación se suma a otros problemas que perjudican los negocios en Argentina, como los altos costos laborales, las restricciones a las importaciones, los controles de divisas, los poderosos sindicatos y una prohibición al despido de trabajadores. Los controles de precios también se aplican al combustible, los servicios de red móvil e internet inalámbrico, entre otros.

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Pero ninguna industria ha enfrentado una intervención como la de los alimentos. El Gobierno temporalmente prohibió las exportaciones de maíz, obligó a los supermercados a rebajar los precios de la carne de vacuno en hasta 30% e intentó infructuosamente nacionalizar Vicentin, el gigante de procesamiento de soja.

Algunas compañías ahora están abandonando Argentina en medio del empeoramiento del clima de negocios. Walmart se fue del país en noviembre después de 25 años. Y mucho antes de la investigación de esta semana, el director ejecutivo de Danone, Emmanuel Faber, anunció en octubre que la compañía estaba evaluando sus operaciones en Argentina, diciendo que “hemos pasado por el juego de la montaña rusa”.

El alza en el precio de la carne

Una compra en el supermercado va a volverse más cara a medida que empeore la inflación alimentaria en todo el mundo. El costo de los granos, que se encuentra en máximos de siete años, ha elevado en más de 30% el precio que los criadores deben pagar por alimentar a sus animales. Para seguir siendo rentables, los productores de carne están aumentando los precios, lo que repercutirá en las cadenas de suministro y se verá plasmado durante los próximos meses como mayores precios para la carne de res, cerdo y pollo en todo el mundo.