La propuesta de Colombia de aplicar el IVA a los alimentos básicos es necesaria para mantener los programas sociales y dar un impulso al país, dijo el ministro de Finanzas, Alberto Carrasquilla. El nuevo impuesto a los alimentos recaudaría la mayor parte de los 14.000 millones de pesos (US$4.400 millones) necesarios para el presupuesto de 2019. Sin eso, el Gobierno tendría que recortar los programas sociales, como Familias en Acción, que atiende a 2,5 millones de hogares pobres, o recortar los subsidios a la electricidad y el gas que benefician a más de 10 millones de personas, dijo Carrasquilla en una entrevista con el periódico El Tiempo.
Las familias de clase media pagarían unos 1.000 pesos diarios más, lo que "juega en su propio beneficio al ayudar a construir país. Sin ellos, sería imposible ejecutar programas esenciales y altamente valorados por todos", dijo Carrasquilla al periódico. El impuesto también apuntalaría las pensiones y las universidades públicas, dijo Carrasquilla. La mayor parte del aumento de la carga fiscal recaería en el 20 por ciento más rico conforme el Gobierno trabaja para reducir la evasión fiscal a la mitad en cuatro años e introducir nuevas reformas estatales para reducir el gasto tras recortar 1.200 millones de pesos del presupuesto de 2019, dijo.
La ley de impuestos tiene como objetivo reducir el déficit y apuntalar la calificación crediticia de grado de inversión del país latinoamericano. El año pasado, S&P Global Ratings rebajó la nota de Colombia a un grado por encima de basura, mientras que Moody’s Investors Service y Fitch Ratings clasifican a Colombia dos escalones por encima de ese grado. Diputados del Partido Centro Democrático, el grupo del presidente Iván Duque, dijeron el viernes que el Gobierno debería descartar el plan para gravar alimentos básicos y buscar otras formas de impulsar los ingresos.