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El coronavirus podría colapsar las cadenas de suministro

La cadena de suministro global, que ya está bajo presión por la guerra comercial del presidente Donald Trump, ahora enfrenta una mayor tensión con el coronavirus. Y aunque las cadenas de suministro transnacionales son más sólidas de lo que pueden parecer, si fallan, lo harán de repente y sin mucha advertencia.

hubei china coronavirus
La provincia china de Hubei, en el centro del brote del nuevo coronavirus, sumó 4.823 casos confirmados más este viernes 14 de febrero | AFP

La cadena de suministro global, que ya está bajo presión por la guerra comercial del presidente Donald Trump, ahora enfrenta una mayor tensión con el coronavirus. Y aunque las cadenas de suministro transnacionales son más sólidas de lo que pueden parecer, si fallan, lo harán de repente y sin mucha advertencia.

Por ejemplo, la cadena de suministro del iPhone de Apple, que involucra a decenas de compañías y varios continentes. Estas complejas cadenas de suministro transnacionales generan ganancias relativamente altas, lo que les da una especie de inmunidad ante pequeñas interrupciones. Si hay un movimiento inesperado en los impuestos, aranceles o tipos de cambio, la cadena de suministro generalmente puede asumir los costos y seguir adelante. Las ganancias serán más bajas dentro de la cadena de suministro, pero la producción continuará, ya que es demasiado lucrativo para llegar y suspender todo.

 

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La cadena de suministro del iPhone de Apple, que involucra a decenas de compañías y varios continentes

Sin embargo, no se deje engañar: las cadenas de suministro no son indestructibles. Si los nuevos costos o riesgos son lo suficientemente altos, se desarticulará toda la estructura. Por su naturaleza, las cadenas de suministro no se desmoronan lentamente, ya que cada parte de la cadena depende de otras partes para agregar su valor. Por ejemplo, no ayuda mucho tener alineados los componentes del circuito del iPhone si no puede producir también las pantallas de vidrio. De esta manera, estas cadenas de suministro son menos sólidas en condiciones extremas.

Las cadenas de suministro mundiales aún no se han separado principalmente porque el comercio y la prosperidad en general han ido en aumento. Pero ahora, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, la economía global enfrenta la posibilidad de una verdadera disociación de muchas conexiones comerciales.

No se entiende suficientemente bien cuán rápido podría ser ese proceso. Una cadena de suministro internacional compleja es frágil precisamente por las mismas razones por las que es valiosa, es decir, es difícil de construir y mantener porque involucra muchas interdependencias.

La naturaleza de la cadena de suministro transnacional la hace especialmente vulnerable a los impactos derivados del coronavirus. Estas cadenas de suministro no se adaptan tan bien a interrupciones completas de materiales o mano de obra, como puede suceder si continúan las víctimas del coronavirus chino y los lugares de trabajo tienen dificultades para operar de manera eficaz.

La naturaleza de la cadena de suministro transnacional la hace especialmente vulnerable a los impactos derivados del coronavirus

Imagine que las fábricas chinas que permanecen cerradas no pueden producir los componentes de muchos medicamentos estadounidenses. No se trata de que la cadena de suministro simplemente pierda algunas ganancias; más bien, faltan algunas piezas cruciales del proceso de producción, y los medicamentos no funcionarán sin estos insumos. El sistema médico de Estados Unidos podría tratar de conseguir esos componentes en otro lugar, pero no es fácil que otros proveedores los produzcan a una escala y calidad que sean suficientes.

Los productores estadounidenses de medicamentos podrían intentar ofrecer más por los componentes chinos de esas medicinas, pero si los trabajadores tienen prohibido incluso presentarse en la fábrica, ningún precio de venta de mercado viable puede hacer que este acuerdo funcione. La producción simplemente no será posible. Las prácticas de moda de los inventarios cercanos a cero pueden hacer que esta escasez aparezca aún más rápido. Alrededor de 80% de los ingredientes farmacéuticos activos en los medicamentos depende de componentes chinos o indios, por lo que esto representa un riesgo muy real para la salud pública de EE.UU., incluso si el propio coronavirus no lo hace.

India, por supuesto, también puede resultar vulnerable al coronavirus, debido a que tiene una alta densidad poblacional e instituciones de salud pública relativamente débiles. China es la segunda mayor economía del mundo, pero no es la única parte vulnerable de la cadena de suministro global en este respecto.

En contraste, las cadenas de suministro más antiguas y menos globales eran menos vulnerables a este tipo de riesgos. Si la producción de componentes médicos estuviera en riesgo dentro de las fronteras de EE.UU., las autoridades estadounidenses podrían tomar medidas regulatorias o con empresas privadas para ayudar a mantener el suministro, pero las autoridades estadounidenses no tienen la misma influencia sobre las condiciones en China o India.

Hasta ahora, la mejor apuesta es que las actuales cadenas de suministro internacionales se van a mantener, en su mayor parte, y entregar los productos. Pero la posibilidad de que no lo hagan está aumentando drásticamente, ya que tanto la guerra comercial como el coronavirus fortalecen la mano de quienes abogan por un mayor desmantelamiento de las redes comerciales internacionales. Y si se produce esa desarticulación, es probable que esta ocurra repentinamente, sin que los precios de mercado ni las advertencias anticipadas ofrezcan mucha protección. Mientras más personas empiecen a creer que las largas y complejas cadenas de suministro transnacionales son riesgosas, más frágiles resultarán ser.