Las elecciones presidenciales de Brasil son tan amargamente divisorias que hasta los fanáticos del fútbol del país –normalmente apolíticos– están cayendo en este juego.
En los últimos días, los clubes de seguidores de los equipos más importantes, como Corinthians, Palmeiras y Flamengo, emitieron declaraciones que criticaban a Jair Bolsonaro, el candidato derechista que lidera las encuestas de opinión.
Las frases más cuestionadas de Jair Bolsonaro incluyen racismo, homofobia y más
Rodrigo González Tapia, presidente Gaviões da Fiel de Corinthians, el club de aficionados más grande de Brasil con más de 100.000 miembros, escribió en Facebook que cualquiera que apoye al candidato "puede abandonar la organización". Advirtió que Bolsonaro es un autoritario y que el club fue fundado en 1969 no solo para apoyar al equipo, sino que también para oponerse a la dictadura. "Nuestros fundadores sufrieron mucha opresión por alzar la bandera a favor de la democracia y los derechos del pueblo", escribió.
‘Jogo bonito’
Las encuestas apuntan a un enfrentamiento entre Bolsonaro y el candidato izquierdista del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad, que también tienen los mayores niveles de desaprobación. Los críticos de Bolsonaro creen que es una amenaza para la democracia y los derechos humanos, mientras que los opositores al Partido de los Trabajadores temen que Haddad arruinará la economía. El encarnecido debate está afectando en todos los aspectos de la vida brasileña, desde el mundo del espectáculo hasta el fútbol".
“Esto no tiene precedentes", dijo Juca Kfouri, periodista deportivo brasileño. "Es una demostración de una creciente conciencia de la ciudadanía".
El ideal del fútbol fluido y alegre está arraigado en la cultura brasileña: su fútbol hermoso o ‘jogo bonito’. Los clubes de admiradores, con miles de miembros, organizan viajes por todo el país o en el extranjero para ayudar a los fanáticos a seguir a su equipo. Con el paso de los años, también se han diversificado hacia la venta de productos con el logo de los clubes, y muchos ayudan a financiar las llamadas escuelas de samba, esas enormes organizaciones de baile que caracterizan al carnaval. Sin embargo, también hay algunos que se han vinculado al crimen organizado.
En los estadios, los clubes organizan cantos y manifestaciones para estimular a su equipo favorito y burlarse –a veces de manera vulgar- de sus odiados oponentes. Pero desde el final de la dictadura militar de Brasil a mediados de la década de los 80, la mayoría de los clubes se mantuvo alejada de la política.
Cantos ofensivos
Un grupo de fans que emitió declaraciones contra Bolsonaro, el Inter Antifascista, le dijo a Bloomberg a través de un mensaje de WhatsApp que ésta era la primera vez que tomaba partido en una elección.
"Bolsonaro representa absolutamente todo lo que estamos luchando por prohibir en el fútbol y la sociedad: represión, machismo, homofobia, racismo e ideas fascistas", escribió Ricardo, miembro de Inter Antifascista. No quiso dar su apellido porque dijo que el grupo, que apoya al equipo Internacional de Porto Alegre, operaba como un colectivo.
Hasta la fecha, ningún club de admiradores ha salido en apoyo de Bolsonaro y los equipos en sí mismos permanecen deliberadamente neutrales. Los presidentes de Corinthians y Gremio le dijeron a Bloomberg que no harían declaraciones políticas. Un video de seguidores de Atlético Mineiro cantando un canto homofóbico y pro Bolsonaro se volvió viral, provocando una reacción violenta que llevó al directorio del club a disculparse.
‘Cachorro Loco’
Bolsonaro, un ex capitán del ejército, tiene gran aprobación entre los brasileños ricos, y desde hace mucho tiempo que ridiculiza las cuotas de discriminación positiva hacia los estudiantes negros. Esta posición no lo ha ayudado a ganarse el cariño de muchos seguidores del fútbol, muchos de los cuales tienen un origen pobre y son mulatos o de color. El equipo de campaña del candidato no respondió a las repetidas solicitudes de comentarios.
El propio Bolsonaro es fanático de Palmeiras. Durante el fin de semana, un video de la campaña lo mostró vistiendo la camiseta del equipo de Sao Paulo, mientras se recuperaba en un hospital de un apuñalamiento sufrido en un mitin. Pero cuando Felipe Melo, un jugador conocido como "Cachorro Loco", dedicó un gol reciente a "nuestro futuro presidente Bolsonaro", el club rápidamente emitió un comunicado aclarando que la opinión era completamente personal.
Lucas Moura, un brasileño que juega en el Tottenham de la Premier League inglesa, también ha irritado y deleitado en igual medida a sus conciudadanos con su abierto apoyo a Bolsonaro en Twitter.