Nicolás Maduro, presidente del país más peligroso del mundo, dijo que le daría a cada miembro de la fuerza policial nacional un bono de 10 millones de bolívares, que asciende a alrededor de US$3 al tipo de cambio actual en el mercado negro y que cada agente podría gastar en la compra de una gaseosa de 1 litro.
Clasificado por debajo de países como Afganistán y Sudán del Sur, solo el 17 por ciento de los venezolanos dijo que se sentían seguros caminando solos por la noche y solo uno de cada cuatro tiene confianza en la policía, según el último Índice de Ley y Orden de Gallup. Maduro anunció la bonificación durante una ceremonia de graduación de la academia de policía el lunes, donde dijo que el país necesitaba "policías de gran moral y compromiso".
Más de 5.000 protestas se registraron en Venezuela en la primera mitad de 2018, que se centraron principalmente en deficientes servicios públicos y en una grave escasez de alimentos y medicinas a medida que la nación socialista se desliza hacia el colapso de la economía. La creciente hiperinflación del 60.000 por ciento ha dejado a la moneda del país prácticamente sin valor: el salario mínimo mensual de 5 millones de bolívares equivale a poco más de una sola hamburguesa de McDonald’s o a una botella de gaseosa de 2 litros.