Los precios al consumidor en Argentina subieron más de lo previsto el mes pasado, lo que llevó al presidente Alberto Fernández a ampliar los controles no convencionales de precios.
La inflación se aceleró un 3,5% en septiembre frente a agosto, por encima de la mediana de las estimaciones de los economistas encuestados por Bloomberg de un 3% y un punto porcentual más que el mes anterior. Respecto al mismo mes del año anterior, la inflación alcanzó el 52,5%, según datos del Gobierno publicados el jueves.
La ropa, los alimentos, la atención médica, los restaurantes y los hoteles encabezaron las alzas de precios en septiembre. La lectura mensual fue la más alta desde abril.
Los factores estacionales, la interrupción de cadena de suministro, el aumento de la emisión de dinero para financiar el gasto público y la reapertura de la actividad económica tras la pandemia contribuyeron a las alzas de precios. El miércoles, el Gobierno del presidente Fernández amplió el congelamiento temporal de precios a más de 1.200 artículos para el hogar, redoblando una estrategia inflacionaria poco ortodoxa que resultó inútil en el pasado.
Fernández tomó la medida un mes antes de que los argentinos voten en las elecciones de mitad de período del 14 de noviembre. Los economistas esperan que la inflación mensual se acelere en los últimos meses del año.
