Los ministros pro-europeos del Gabinete de Theresa May están conspirando para asegurar un brexit con el que puedan vivir.
Seis ministros han instado a May a forzar al Parlamento a votar de manera informal sobre una serie de resultados del brexit, según fuentes familiarizadas con el asunto. El plan es mostrar que no hay mayoría para ningún tipo de "divorcio" en un intento por lograr que los legisladores acepten un compromiso.
Una vez que quede claro que ninguna de las primeras opciones cuenta con suficiente apoyo, la idea es que el acuerdo de May -ampliamente rechazado- pueda parecer un compromiso razonable con una probabilidad decente de éxito, según dos ministros del Gabinete.
Sin embargo, también podría eliminar el apoyo para mantener vínculos más estrechos con el bloque de lo que la primera ministra propone. Incluso existe la posibilidad de que el ejercicio pueda señalar el camino hacia un segundo referéndum, que May ha rechazado en reiteradas ocasiones. A May -quien sobrevivió a una moción de confianza sobre su liderazgo el miércoles- no le gusta el plan, ya que podría tener consecuencias imprevistas, según una de las fuentes.
La presión de su círculo interno se produce en momentos en que May acude a Bruselas para pedir un salvavidas después de que sus planes del brexit provocaran una revuelta en su Partido Conservador. El miércoles por la noche, sobrevivió a la moción aunque más de un tercio de los legisladores conservadores votaron por abandonarla.
Ese resultado la forzará a evaluar todo tipo de opciones.
El titular de Economía, Philip Hammond, la secretaria de Pensiones, Amber Rudd, el secretario de Justicia, David Gauke, el secretario de Negocios, Greg Clark, y el secretario de Educación, Damian Hinds, están instando a May a celebrar una serie de “votos indicativos”, según ocho fuentes cercanas al tema. Hay presión para celebrar esa votación la próxima semana, según tres de las fuentes.
Esta semana, May aplazó la votación de su acuerdo en el Parlamento ante la posibilidad de perder por un amplio margen. Ahora está en busca de algunas modificaciones al acuerdo con la esperanza de que sea más aceptable para los legisladores. Aun así, la Unión Europea ha señalado que solo ofrecerá aclaraciones y no cambios reales.
No se ha fijado una fecha para otra votación en el Parlamento y May ha indicado que cree que tiene hasta el 21 de enero para tener otra oportunidad.
Con poco más de 100 días para que Gran Bretaña salga de la Unión Europea, el Parlamento está dividido sobre lo que implicaría el brexit. La propuesta de May no tiene mayoría, pero tampoco la tiene el acuerdo más flexible que prefieren aquellos a favor del brexit. No está claro si un acuerdo al estilo de Noruega que acogen los eurófilos obtendría una mayoría.