La invasión rusa de Ucrania está obligando a Europa a rediseñar rápidamente los acuerdos de seguridad que sustentaron la paz en el continente durante décadas.
Si bien la Organización del Tratado del Atlántico Norte no ha desplegado tropas sobre el terreno en Ucrania, dado que eso la pondría en conflicto directo con Rusia, los Estados miembros están enviando dinero y armamento allí en un esfuerzo por apuntalar al país y a su presidente, Volodímir Zelenski.
La alianza militar está también enviando miles de tropas a su frontera oriental para hacer una advertencia directa al presidente Vladímir Putin: si mueve sus fuerzas más adentro de Europa que Ucrania, corre el riesgo de enfrentarse directamente con nosotros.
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Más allá de eso, a medida que las tensiones con Rusia alcanzan niveles no vistos desde la Guerra Fría, los países de Europa están hablando de cómo revisar sus defensas desde el Báltico hasta el mar Negro. Los funcionarios dicen que no existe una amenaza concreta contra la OTAN en este momento, pero están preocupados por lo que el presidente Vladímir Putin podría hacer a continuación.
“Pensamos que la paz ya era un hecho”, dijo en una entrevista Deividas Matulionis, embajador de Lituania ante la OTAN. “Estábamos equivocados. Todos estábamos equivocados”.
Por su parte, Putin asegura que las fuerzas de la OTAN en las fronteras de Rusia son una amenaza para la seguridad de su país y, en los días previos a su llegada a Ucrania, exigió que se retiraran todas las tropas y el armamento de Europa del Este. Ahora, es posible que el refuerzo por parte de la OTAN de su flanco este provoque una mayor escalada por parte del Kremlin. Desde que comenzó la guerra, Putin ha puesto en alerta máxima a sus fuerzas nucleares.
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A pesar de la acumulación de miles de tropas de la OTAN, la presencia sigue siendo mucho menor que los 150.000 soldados estimados que Putin acumuló alrededor de Ucrania antes de su ataque, por lo que tendría dificultades para contener cualquier avance de las fuerzas rusas hacia el oeste.
De cualquier manera, los refuerzos de la OTAN tienen un papel importante que desempeñar, según Kristine Berzina, investigadora principal del German Marshall Fund en Washington, DC. Pero habría ayudado más si hubieran llegado antes, agregó.
“Creo que la subestimación de Moscú de la resolución europea, transatlántica y estadounidense para los países europeos más pequeños condujo a la situación”, dijo Berzina.
Las tres naciones bálticas, Lituania, Estonia y Letonia, están particularmente preocupadas por las acciones de Putin. Los antiguos estados soviéticos han insistido durante años en que Rusia podría representar una amenaza para la seguridad de Europa y la guerra en Ucrania está llevando a sus aliados a esa conclusión.