Después de una reunión entre la primera ministra británica, Theresa May, y 19 jefes de empresas japonesas en febrero, el embajador nipón advirtió lo que podría pasar si el brexit resulta en un escenario negativo para los inversores extranjeros.
“Ninguna empresa privada puede continuar operando” en Reino Unido, si se vuelve poco rentable, dijo Koji Tsuruoka a periodistas reunidos en los escalones fuera de la residencia de May en Downing Street, después de que la primera ministra prometiera luchar por una relación comercial sin trabas con la Unión Europea. “Es así de sencillo”, recalcó.
Ocho meses después, y cuando el riesgo a un brexit sin acuerdo se vuelve cada vez más real, las empresas japonesas no están perdiendo el tiempo a la espera de descubrir si May puede cumplir con su objetivo. En su lugar, un creciente número de ellas están cumpliendo con la advertencia de Tsuruoka y mudando sus operaciones fuera de Reino Unido, o amenazando con reducir sus inversiones, si el país deja la UE sin un acuerdo.
Líderes empresariales globales plantearon sus temores a Theresa May
Toyota Motor Corp. anunció el sábado que podría detener temporalmente la producción en su planta de Derby, en Inglaterra, ante la posibilidad de un denominado “brexit radical”. El fabricante de artículos electrónicos Panasonic ha trasladado la central de sus operaciones europeas desde las afueras de Londres a Ámsterdam, mientras el minorista japonés de los productos Muji está analizando mudarse a Alemania. Otras empresas, como el fabricante de robots Yaskawa Electric Corp., están escogiendo ciudades en Europa continental para sus nuevas operaciones, con el objetivo de mantenerse cerca de sus clientes en la región, en caso de que el brexit genere obstáculos comerciales.
“Muchas empresas japonesas, especialmente firmas de manufacturas, han invertido en este país como una puerta hacia Europa”, dijo Shinichi Iida, ministro de diplomacia y prensa para la embajada de Japón en Londres, en una entrevista. “Un brexit sin acuerdo en marzo del próximo año no creará nada menos que un abismo” para nuestras empresas.
Es mucho lo que está en juego para ambos países, dados sus estrechos lazos económicos. Reino Unido es el segundo destino de las inversiones japonesas, después de Estados Unidos, con US$153.000 millones comprometidos en el 2017, según la Organización de Comercio Exterior de Japón. El país asiático es el principal inversor en territorio británico, aparte de Estados Unidos y países europeos. Cerca de 1.000 empresas japonesas operan en Reino Unido y emplean a unas 160.000 personas.