Sergio Moro, el juez que tuvo a su cargo la investigación por corrupción conocida como el Lava Jato en Brasil, aceptó ser el titular de un superministerio de Justicia cuando asuma el gobierno del flamante presidente, Jair Bolsonaro, el próximo 1° de enero. La noticia fue confirmada por la prensa local, luego de que el magistrado y el político mantuvieron una reunión en Río de Janeiro.
"El país necesita de una agenda anticorrupción y contra el crimen organizado", fueron las palabras que le manifestó el juez a los periodistas antes del encuentro con el electo jefe de Estado.
En sus primeras entrevistas tras ser elegido presidente el domingo, el ultraderechista Bolsonaro había adelantado que le gustaría tener a Moro como ministro.
Bolsonaro aprovecha el aura del juez anticorrupción Moro para su campaña
Previa. Sergio Moro, quien encabezó la masiva campaña anticorrupción en Brasil, se detuvo en la entrada de la casa de Jair Bolsonaro, presidente electo de ultraderecha, para una entrevista de trabajo. Las opciones eran ser ministro de Justicia o formar parte del Supremo Tribunal Federal.
Los beneficios para Bolsonaro son evidentes: aprovechar a un héroe de la ley y el orden es una apuesta segura para aumentar el apoyo de su base conservadora y otros sectores y la credibilidad de Moro puede ayudar a su gobierno a captar nombres para ocupar altos cargos.
No obstante, la medida no estaría exenta de inconvenientes, en particular para Moro. El excandidato presidencial de izquierda Ciro Gomes acusó al juez de utilizar la investigación para lanzar una carrera política. En teoría, la investigación conocida como Lava Jato continuaría a cargo de otros jueces, pero en el ambiente político tan polarizado de Brasil muchas personas ya cuestionan su futuro.
