México asegura que puede aceptar muchos más inmigrantes centroamericanos debido a su bajo porcentaje de residentes extranjeros en comparación con Estados Unidos, donde el Presidente Donald Trump amenazó con cerrar la frontera debido a la llegada de inmigrantes indocumentados.
"Creemos que México tiene una capacidad para absorber a migrantes", afirmó Roberto Velasco, portavoz del ministro de Asuntos Exteriores Marcelo Ebrard, en una entrevista el miércoles. México "es de hecho uno de los países con una menor tasa de inmigración. Lo que queremos es que esto ocurra de manera legal, ordenada y segura".
En respuesta a los informes de que EE.UU. podría obligar a los solicitantes de asilo a esperar en México durante el procesamiento, Velasco dijo que su gobierno no tiene control sobre la manera en que EE.UU. procesa a los inmigrantes en su frontera. Lo único que puede hacer México es "brindar a los migrantes las mejores condiciones posibles en nuestro país", aseguró.
México es el hogar de 1,2 millones de migrantes, según un informe del año pasado de Naciones Unidas. Si bien es más del doble que el nivel en 2000, representa solo el 0,9 por ciento de la población general, en comparación con el 15,3 por ciento en EE.UU., 14,8 por ciento en Alemania y el 13,4 por ciento en el Reino Unido, donde los críticos de la inmigración afirman que los extranjeros están cambiando la cultura de sus países y quitando empleos a los ciudadanos.
Las autoridades mexicanas dijeron que la nación tiene la capacidad de absorber hasta 100,000 centroamericanos por año mediante visas temporales y permanentes. La tasa de desempleo del país alcanzó en marzo su punto más bajo en 11 años: menos del 3 por ciento, aunque obtener una imagen completa del mercado laboral es complicado porque más de la mitad de la población trabaja en la economía informal.
El martes, EE.UU. y México prometieron trabajar juntos para promover el gasto público y privado en el desarrollo de América Central y el sur de México, a fin de estimular el crecimiento económico para atacar las raíces de una crisis migratoria que provocó la frustración de Trump.