Los precios al consumidor de Brasil y México subieron menos de lo esperado, al tiempo que sus bancos centrales luchan contra la inflación por encima de la meta y los inversionistas sopesan las probabilidades de más alzas en las tasas de interés.
Los datos de inflación de Brasil publicados el jueves mostraron que los precios subieron un 0,53% mensual en noviembre, por debajo de la estimación mediana de 0,55% de una encuesta de Bloomberg. En México, el IPC aumentó un 0,56% en el mismo período, por debajo de la mediana proyectada de un 0,64%, aunque la inflación subyacente, que excluye combustible y alimentos, se aceleró más de lo esperado.
Los banqueros centrales de ambos países están lidiando con una inflación sobre el objetivo y amenazas de precios al consumidor que pueden provocar nuevos aumentos de tasas. Los planes del presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, de expandir el gasto público presentan el riesgo de presionar los aumentos del costo de vida, mientras que México está lidiando con los efectos inflacionarios del alza en el precio de los alimentos y la invasión de Rusia a Ucrania.
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En Brasil, los costos de transporte aumentaron un 0,49% a mediados de noviembre luego de registrar una caída del 0,64% el mes anterior. Los alimentos y bebidas subieron un 0,54%, mientras que la asistencia sanitaria aumentó un 0,91%.
El banco central de la nación elevó los costos de endeudamiento en 11,75 puntos porcentuales en un año y medio para combatir los impactos de los precios, pero detuvo su ciclo de ajuste en septiembre.
El presidente de la autoridad monetaria, Roberto Campos Neto, dijo el viernes que todavía hay “alta incertidumbre” en torno a la perspectiva fiscal, que, a su vez, es un insumo clave en el balance de riesgos para la política monetaria. Durante un evento de Bloomberg en São Paulo, dijo que hará “lo que sea necesario” para que la inflación vuelva a la meta y pidió “coordinación” entre la política fiscal y la monetaria.
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La inquietud sobre las cuentas públicas de Brasil y un aumento potencial en el gasto público están potenciando las apuestas del mercado de que los encargados de la política monetaria tendrán que posponer el recorte de las tasas de interés y, de hecho, es posible que tengan que volver a subirlas a principios de 2023. Se espera que el Congreso apruebe la próxima semana la propuesta presupuestaria multimillonaria de Lula.
“El desafiante contexto de inflación actual y prospectivo, y las señales restrictivas de los principales bancos centrales justifican una calibración conservadora de la política monetaria durante un período de tiempo razonable”, escribió el jueves Alberto Ramos, economista jefe para América Latina en Goldman Sachs & Co., en una nota de investigación sobre Brasil.
El banco central de Brasil apunta a una inflación anual de 3,5% este año y 3,25% en 2023.
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Debate en México
En México, los boletos de avión, la electricidad y la comida rápida contribuyeron al aumento de los precios al consumidor a principios de noviembre. La inflación anual disminuyó al 8,14%, por encima del objetivo del 3%.
Este mes, el banco central elevó su tasa de referencia a un récord del 10%, en su cuarto aumento consecutivo de 75 puntos básicos. Los miembros de la junta han estado debatiendo si ahora es el momento de reducir el ritmo de ajuste, mientras que el subgobernador Gerardo Esquivel votó por un alza menor, de medio punto, en la última decisión.
Desde entonces, la miembro de la junta Galia Borja dijo a Bloomberg News que el banco central podría ver un camino para desvincularse de las alzas de la Reserva Federal de Estados Unidos, las que México suele seguir. Mientras tanto, su colega Jonathan Heath dijo que no esperaba tal cambio en el corto plazo.
Los economistas advierten que la inflación subyacente de México, que se aceleró a 8,66% respecto del año anterior, aún no muestra signos de enfriamiento y podría complicar las esperanzas de aliviar el ritmo de las alzas de tasas.
“Vemos que van cinco quincenas consecutivas en las que estamos observando una desaceleración de la inflación, de la inflación anual, sin embargo, esta desaceleración anual se explica principalmente por la caída de la inflación no subyacente”, dijo Janeth Quiroz Zamora, vicepresidente de estudios económicos de Monex Casa de Bolsa. “Vemos una desaceleración importante en la parte de energéticos, era algo ya esperado”.
LM / ED