Michael Bloomberg terminó su campaña presidencial el miércoles tras no lograr persuadir a los votantes demócratas de que era la mejor opción para derrotar al presidente Donald Trump a pesar de su gasto récord que superó los US$500 millones. En un comunicado, Bloomberg dijo que apoyaba a Joe Biden.
"Siempre he creído que derrotar a Donald Trump comienza con unirse al candidato con la mejor posibilidad para lograrlo. Después de la votación de ayer, está claro que el candidato es mi amigo y gran estadounidense, Joe Biden".
Michael R. Bloomberg es el fundador y propietario mayoritario de Bloomberg LP, la matriz de Bloomberg News.
No estaba claro de inmediato si Bloomberg emitiría anuncios a favor de Biden o si desplegaría el personal y las oficinas en terreno en los estados en disputa que se comprometió a mantener durante las elecciones de noviembre para el candidato. Un asistente de campaña, que habló bajo condición de anonimato, dijo que tomará unos días estructurar la ayuda a Biden. El asistente dijo que ambos hablaron por teléfono el miércoles y, en un mensaje a Bloomberg publicado en Twitter, Biden agradeció al exalcalde de Nueva York por su apoyo y trabajo en temas como la seguridad en el uso de armas de fuego y el cambio climático.
"Esta carrera es más grande que los candidatos y más grande que la política”, dijo Biden. “Se trata de derrotar a Donald Trump y, con su ayuda, lo lograremos".
Bloomberg había apostado su candidatura para ganar una masa crítica de delegados en el Supermartes y las carreras posteriores, después de tomar el camino nunca antes intentado de omitir las primeras cuatro contiendas. Sin embargo, decidió retirarse después de que no pudo reunir suficientes delegados para continuar siendo un competidor serio.
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"Hace tres meses, ingresé a la carrera por la presidencia para derrotar a Donald Trump. Hoy, me retiro de la carrera por la misma razón: para derrotar a Donald Trump, porque para mí es claro que el quedarme hará que sea más difícil lograr ese objetivo", dijo Bloomberg en el comunicado emitido por su campaña.
Se ha comprometido a seguir invirtiendo dinero y en poner a disposición la formidable infraestructura que construyó para su campaña en los estados clave al servicio del nominado. Sin embargo, en la declaración del miércoles no volvió a mencionar dicho compromiso.
Cuando anunció su candidatura, Bloomberg les dijo a sus empleados que daría un paso a un costado en la dirección de la empresa durante la campaña y entregaría la operación del día a día a un comité administrativo. Después de que terminó de cumplir tres mandatos como alcalde de Nueva York en 2013, Bloomberg regresó a la compañía que fundó.
Bloomberg reconsideró una decisión el año pasado de no postularse para presidente en 2020, al señalar que la debilidad de otros candidatos centristas como Biden lo obligó a unirse a la refriega. Biden dominó la votación del Supermartes, tras ganar en nueve estados de 14. Bloomberg consiguió 43 delegados el martes, pero solo ganó en Samoa Estadounidense.
Bloomberg se unió tarde a la contienda, el 24 de noviembre, pero rápidamente subió en las encuestas a un candidato de primer nivel y un lugar en las etapas de debate. La construcción de una operación terrestre con más de 2.400 empleados y 200 oficinas en 43 estados y territorios le ayudó a lograr ese repunte.
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También inundó las transmisiones televisivas con más de US$550 millones en publicidad en el transcurso de su candidatura, todos autofinanciados. Casi el 60% de los estadounidenses dijeron que habían visto uno de sus anuncios televisivos o digitales, según las encuestas.
Gastó al menos US$687 millones en total en su campaña. Los votantes inicialmente se alegraron con el mensaje de Bloomberg de que tenía un historial como gerente con “planes viables y alcanzables” y los recursos para derrotar a Trump, que según las encuestas es la principal prioridad de muchos demócratas. El enfrentamiento de Bloomberg con Trump en Twitter y su aluvión de anuncios de ataque reforzaron su apoyo, especialmente de los votantes que veían que Biden se desvanecía.
Las perspectivas de Bloomberg se vieron afectadas por un debate inicial el 19 de febrero que fue ampliamente criticado. Parecía no estar preparado para los ataques de Elizabeth Warren y otros sobre su apoyo a las revisiones precautorias de la policía en Nueva York y los acuerdos de confidencialidad que había firmado con mujeres en su empresa, Bloomberg LP.
Los tropiezos socavaron la imagen que Bloomberg intentó proyectar en sus anuncios y, aunque el exalcalde de Nueva York se desempeñó mejor en el siguiente debate una semana después, nunca logró recuperarse. Los líderes del Partido Demócrata se unieron en torno al exvicepresidente, y algunos instaron a Bloomberg a retirarse para que no dividiera los votos de los demócratas centristas con Biden y dejara a Bernie Sanders con una pluralidad de delegados entrando a la convención.
Algunos estrategas dudaron de las posibilidades de Bloomberg desde el principio, al cuestionar si un multimillonario de 78 años y exrepublicano con vínculos con Wall Street sería aceptado en el Partido Demócrata actual, especialmente con su estrategia no probada. Sin embargo, no lo descartaron por completo debido a su capacidad para gastar sumas inauditas de dinero y la pasión en el partido por derrotar a Trump.