Casi tan rápido como surgió el covid-19 a principios de 2020, también se dio la carrera por encontrar medicamentos, antiguos o nuevos, para tratar el contagio global. Ahora, paxlovid, una píldora de Pfizer que previene enfermedades graves, parece estar a punto de marcar una sólida ventaja en el lucrativo mercado del tratamiento del coronavirus.
Sin embargo, un componente importante del antiviral tiene vínculos con un fármaco desarrollado hace décadas por el rival Merck para combatir la hepatitis C. Un fragmento del fármaco, boceprevir, permite que paxlovid se use por vía oral, en lugar de que sea como infusión, y una patente clave en la molécula más grande de la que proviene todavía es de Merck.
Varios laboratorios han resaltado el potencial de boceprevir, un inhibidor de la proteasa que Merck vendió anteriormente bajo la marca Victrelis. Pero a medida que los desarrolladores comenzaron a buscar formas de usarlo para fabricar medicamentos contra el covid en los últimos dos años, Merck se quedó al margen.
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Ignorar la terapia mientras un rival parece estar listo para generar ganancias generosas a partir de una de sus partes clave intensifica la falta de interés que ha mostrado Merck. Es una de las grandes compañías farmacéuticas que aún no ha logrado participar en el mercado de vacunas contra el covid que la firma de análisis Airfinity estima que tendrá un valor de US$85.000 millones este año.
Pfizer pronostica US$31.000 millones en ingresos por vacunas contra el covid en 2022. Generará cerca de US$17.000 millones más en ventas de paxlovid este año, mientras que molnupiravir, la píldora de Merck contra el covid que se basa en un mecanismo diferente, generará solo alrededor de US$2.500 millones, estima Airfinity. La semana pasada, Merck redujo su expectativa máxima de ventas de molnupiravir para fin de año a US$6.000 millones.
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Al principio de la pandemia, investigadores de Merck examinaron sus bibliotecas de candidatos a fármacos y descubrieron que boceprevir no era lo suficientemente potente para usarse contra el covid, dijo un portavoz. La compañía no explicó por qué no exploró combinaciones, como hizo Pfizer para crear paxlovid.
“Pensé que se lanzarían a ello”, dice George Njoroge, científico jubilado nacido en Kenia que descubrió el boceprevir en los laboratorios de Merck. “Me sorprendió un poco”.
Pfizer dice que su medicamento fue producto de una investigación que comenzó en 2020 y tiene un poder contra el covid mucho mayor que el boceprevir. Pero algunos científicos que estudian el desarrollo de fármacos dicen que el gigante farmacéutico no le está dando suficiente crédito al científico de Merck que diseñó la terapia contra la hepatitis C hace años.