La oposición está pidiendo la renuncia de Boris Jhonson después de que su oficina confirmara que funcionarios están hablando con la Policía del Reino Unido sobre una supuesta fiesta en su oficina de Downing Street cuando el país enfrentaba estrictas medidas de confinamiento por la pandemia en 2020.
Las esperanzas de un nuevo comienzo para el primer ministro británico tras un turbulento término de 2021 se vieron perturbadas después de que saliera a la luz que miembros de su equipo fueron invitados a una fiesta en el jardín de su oficina el 20 de mayo de 2020, según un correo electrónico al que tuvo acceso la cadena de televisión ITV. Las reuniones sociales fueron prohibidas durante la primera ola de covid-19.
La Policía Metropolitana está al tanto de las denuncias de infracción de las normas en esa fecha y está en contacto con el Gobierno, según un portavoz de la Policía. La Oficina del Gabinete está ayudando a la Policía, dijo a los periodistas el portavoz de Johnson, Max Blain, durante una sesión informativa regular el martes.
Se trata de la última de una serie de acusaciones sobre fiestas durante cuarentena en Westminster, y las repercusiones han afectado gravemente la reputación de Johnson y la posición de su gobernante Partido Conservador en las encuestas. Ante la sensación de debilidad de los políticos de oposición, un alto funcionario laborista pidió la renuncia del primer ministro, una táctica que suele reservarse para los momentos de máximo impacto político.
“Creo que debería irse”, dijo la vicepresidenta del Partido Laborista, Angela Reyner, en un clip de TV. “Ha perdido la confianza del público británico con sus mentiras, sus engaños y el incumplimiento de propias normas”.
Investigación sobre la fiesta
Es probable que mucho dependa del resultado de una investigación sobre las presuntas fiestas por parte de la funcionaria Sue Gray. Está previsto que informe sus conclusiones en breve, un momento que representaría un riesgo real para Johnson, justo cuando trata de recuperar el rumbo de su cargo de primer ministro.
Sin embargo, ese proceso podría retrasarse: Blain dijo a los periodistas que la investigación de Gray se suspendería si la Policía inicia su propia investigación.
“Si se comprueba la existencia de irregularidades, se tomarán las medidas disciplinarias necesarias”, dijo el martes el ministro del Gabinete, Michael Ellis, en la Cámara de los Comunes, añadiendo que la investigación de Gray incluye las últimas acusaciones. “Como ocurre con todas las investigaciones internas, si surgen pruebas de lo que podría ser un delito penal, el asunto se remitirá a la Policía Metropolitana”.
El propio Johnson no ha negado haber estado en la supuesta fiesta el 20 de mayo. Cuando se le preguntó si había asistido, Johnson dijo el lunes: “Todo eso, como saben, es objeto de una investigación adecuada por parte de Sue Gray”.
Restricciones por covid
En ese momento, el Gobierno de Johnson emitía órdenes estrictas a la ciudadanía sobre el cumplimiento de las normas de confinamiento, que permitían a la ciudadanía reunirse solo con otra persona al aire libre en un lugar público.
El mensaje sobre la reunión fue enviado a más de 100 funcionarios por el principal secretario privado del primer ministro, Martin Reynolds, y unas 40 personas finalmente asistieron al evento, informó ITV.
El momento difícilmente podría ser peor para Johnson, ya que su Gobierno sigue luchando contra una ola récord de contagios por coronavirus provocados por la variante Ómicron.
Sin embargo, es probable que el primer ministro espere que los últimos acontecimientos no causen más daños significativos a su popularidad, dado que los informes sobre fiestas durante la cuarentena han circulado durante algún tiempo.
También es probable que Johnson se vea impulsado a medida que su Gobierno ponga a Inglaterra en una trayectoria de levantamiento de las restricciones aún vigentes, a medida que surgen más pruebas de que Ómicron puede no ser tan grave como las variantes anteriores.
Aun así, hay frustración, incluso en su propio bando, por cómo se está alargando el asunto, y por la reticencia de los ministros a decir algo sobre el tema hasta que el informe de Gray esté concluido.
“Nadie necesita que un funcionario le diga si estaban en una juerga en su propio jardín”, dijo en Twitter la exlíder de los conservadores escoceses Ruth Davidson. “La gente (con razón) está furiosa”.