El gobierno populista de Italia advirtió a sus socios europeos que la estabilidad social del país podría estar en peligro si Bruselas pone demasiada oposición a su propuesta presupuestaria para 2019, invocando las protestas de los Chalecos Amarillos en Francia.
Mientras la coalición comienza las discusiones sobre el análisis de costos de su plan presupuestario para 2019, el primer ministro Giuseppe Conte está buscando una ventaja para las conversaciones de esta semana con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y las preocupaciones en todo el continente sobre el creciente movimiento de base en la vecina Francia podrían darle justo la munición que necesita.
Mientras que Bruselas ha insistido en que sancionará a Italia si su presupuesto no cumple con las normas de gasto de la Unión Europea, centrándose en el nivel de déficit propuesto del 2,4 por ciento, el primer ministro podría buscar un margen de maniobra adicional cuando viaje a la capital europea esta semana, argumentando que un acuerdo sobre el presupuesto italiano va más allá de las meras cifras.
Conte argumentará que su gobierno es la única defensa contra los disturbios y la revuelta social que está teniendo lugar en toda Europa, informó La Stampa el lunes. El país "no puede concentrarse sólo en la estabilidad financiera, también debemos considerar la estabilidad social", se citó al primer ministro.
La coalición gobernante, compuesta por la Liga Norte de derecha y el partido antiestablishment Movimiento 5 Estrellas, está debatiendo con el bloque después de elaborar un presupuesto destinado a financiar costosas promesas electorales que incluyen un ingreso garantizado para los pobres y una reforma del sistema de pensiones.
Tiempo extra
Después de que la comisión rechazara el objetivo de déficit del 2,4 por ciento del producto interno bruto propuesto por el gabinete para 2019, los dos líderes de los partidos, los viceprimeros ministros Matteo Salvini y Luigi Di Maio, están siendo presionados para hacer concesiones a fin de evitar posibles sanciones.
Los informes de que la UE podría ofrecer a Roma seis meses más para cumplir con sus recomendaciones podrían ser una buena noticia para el gobierno, que espera que el resultado de las elecciones europeas de mayo incline la balanza del poder hacia los populistas. Retrasar un posible anuncio podría significar que las sanciones no se implementarán en absoluto.
El domingo, Salvini se esforzó en recordar a los críticos que el gobierno italiano, a diferencia de algunos en Europa, está en contacto con la población y comprende sus preocupaciones. "La gente que conozco en las calles no me pregunta sobre el 2,4 o el 2,5 por ciento, sino sobre empleos, pensiones, cosas reales", dijo Salvini en una entrevista en el canal de TV Rai.
Di Maio, al comentar el lunes sobre el movimiento de los Chaquetas Amarillas, dijo que "este es un momento muy delicado para Europa", y añadió que el principal problema es la austeridad. "Siempre espero, incluso en países como Francia, que las peticiones puedan canalizarse hacia una solución democrática", dijo el viceprimer ministro a los periodistas en Roma.
Conte se dirigirá el miércoles al Parlamento para presentar la posición de Italia antes de las reuniones con la UE. El ministro de Finanzas Giovanni Tria, quien estaría presionando por mayores concesiones al bloque, según han informado medios de comunicación locales, dijo el sábado que ve la posibilidad de un acuerdo. La Cámara Baja del Parlamento italiano aprobó el sábado el proyecto de ley de presupuesto.