La recuperación económica de Brasil se debilitó en el cuarto trimestre cuando expiró la ayuda por el coronavirus y una segunda ola de casos golpeó a los sistemas de salud y a las empresas.
El producto interno bruto creció 3,2% respecto al período de tres meses anterior, más que la mediana de las estimaciones de los analistas consultados por Bloomberg de un aumento de 2,8%. Aun así, la expansión fue menos de la mitad de la tasa de crecimiento observada en el trimestre anterior, informó el miércoles el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
En general, la economía se contrajo 4,1% en 2020, lo que indica que Brasil, que evitó los confinamientos a nivel nacional y adoptó uno de los paquetes de estímulo más ambiciosos de la región, sufrió una recesión mucho menos profunda que sus vecinos. En contraste, el PIB de México se contrajo 8,2% en 2020 y el de Perú, 11,1%.
El aumento de la deuda pública y un nuevo incremento en los casos en la actualidad complican la capacidad del presidente Jair Bolsonaro para mantener el impulso. La ayuda del Gobierno, que elevó el comercio minorista por encima de los niveles previos a la pandemia, concluyó a fines del año pasado. Al mismo tiempo, la aceleración de la inflación aumenta la presión sobre los responsables de la política monetaria para que eleven la tasa de interés de referencia desde un mínimo histórico.
En el cuarto trimestre, las inversiones aumentaron 20% respecto al período de julio a septiembre, informó la agencia de estadísticas. El consumo familiar creció 3,4% en el trimestre, mientras que la agricultura disminuyó un 0,5%.
Es probable que las cifras alimenten las discusiones en el Congreso el miércoles por la tarde, cuando los legisladores discutirán otra ronda de pagos directos —el componente central del paquete de estímulo del año pasado— para los brasileños más pobres.
HV