Olaf Scholz asumió el cargo de canciller de Alemania y está bajo presión inmediata para abordar un brutal brote de covid-19 y una serie de desafíos geopolíticos, incluidas las tensiones con Rusia.
El socialdemócrata prestó juramento el miércoles, con lo que puso fin a 16 años de mandato de Angela Merkel y se convirtió en el noveno canciller del país desde la Segunda Guerra Mundial.
El hombre de 63 años, que fue vicecanciller de Merkel durante los últimos cuatro años, representa una renovación en el alto mando, aunque no demasiado. Los votantes le otorgaron una estrecha victoria en las elecciones del 26 de septiembre al ver en él mucho de lo que les gustaba de Merkel: una mano firme y un liderazgo tanto competente como carismático.
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El exministro de Finanzas de voz suave presidirá su reunión inaugural de gabinete este 8 de diciembre por la noche.
Después de que Merkel impusiera el estatus de Alemania como la nación más poderosa de la Unión Europea y uno de los países líderes de Occidente, Scholz tendrá que aprender a aplicar la influencia de Alemania en medio de las amenazas en la frontera oriental de Europa y el ascenso de China como superpotencia.
También tendrá que lidiar con la creciente presión de Estados Unidos por el controvertido gasoducto Nord Stream 2 que conecta Rusia con la costa norte de Alemania. EE.UU. presionará a su aliado europeo para que acepte detener el proyecto casi terminado si el presidente ruso, Vladimir Putin, invade Ucrania, según documentos a los que Bloomberg tuvo acceso y a personas familiarizadas con los planes.
El principal desafío para la nueva Administración será enfrentar la pandemia. En las últimas semanas, se ha observado un aumento sin precedentes en el número de infecciones en Alemania, que se ha quedado atrás de sus pares de Europa occidental en cuando a tasas de vacunación.
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Scholz apunta a que el país administre 30 millones de vacunas antes de fin de año en un intento por evitar que los hospitales se vean abrumados por pacientes con covid. También ha respaldado un mandato general de vacunación que se espera que sea sometido a votación en la Cámara Baja del Parlamento antes de fin de año.
El exactivista del Partido Socialdemócrata (SPD) y abogado que se volvió un acérrimo defensor de la reforma del mercado laboral se desempeñó como ministro de Trabajo en la primera “gran” coalición de Merkel con el SPD. Al regresar a su ciudad natal, Hamburgo, ganó las elecciones estatales y gobernó la ciudad entre 2011 y 2018.
Ahora reside en Potsdam, en las afueras de Berlín, donde ganó un escaño directo para el Bundestag este año. Su esposa, Britta Ernst, es la ministra de Educación del estado oriental de Brandeburgo.
La presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, dijo que está segura de que Scholz y su Gobierno “continuarán trabajando duro para promover la integración europea”.
“Siempre he admirado cómo Angela Merkel condujo a Alemania por muchas crisis”, dijo Lagarde el miércoles, según el periódico Handelsblatt. “Estoy segura de que Olaf Scholz trabajará con la misma calma, de manera minuciosa y concentrada en las enormes tareas que él y su Gobierno tienen por delante”.