Todos los británicos tendrán que pagar más impuestos en los próximos años para arreglar el agujero negro fiscal del Reino Unido, dijo este lunes 31 el Gobierno británico, exponiendo en términos crudos el desafío económico que enfrenta la incipiente Administración del primer ministro Rishi Sunak.
Sunak se reunió el lunes con el ministro de Hacienda, Jeremy Hunt, para discutir los planes de gastos e impuestos antes de la declaración económica prevista para el 17 de noviembre. Discutieron sobre el enorme déficit de las finanzas públicas de Gran Bretaña y acordaron que se necesitan “decisiones difíciles” sobre los aumentos de impuestos y el gasto, según señaló el Tesoro.
“Estuvieron de acuerdo en el principio de que los que tienen más deben soportar la mayor carga”, dijo el Tesoro. “Sin embargo, dada la enormidad del desafío, es inevitable que todos deban contribuir más en impuestos en los próximos años”.
Sunak pide unidad al Partido Conservador para resolver la crisis económica
La brutal evaluación expone el reto al que se enfrenta Sunak en su intento de guiar al país a través de una crisis del costo de la vida que ha hecho que el Gobierno prometa decenas de miles de millones de libras para ayudar a los hogares y a las empresas a hacer frente al alza de los precios de la energía este invierno. Al mismo tiempo que despliega esa ayuda, el primer ministro busca ahorros y aumentos de impuestos por un total de hasta £50.000 millones (US$57.000 millones), mientras intenta reconstruir la credibilidad del Reino Unido ante los mercados financieros, después de que la desastrosa estrategia económica seguida por su predecesora, Liz Truss, hiciera tambalearse a los mercados financieros.
Hunt anunciará el 17 de noviembre su Declaración de Otoño, que es básicamente un presupuesto, y está considerando opciones como la ampliación del impuesto sobre las ganancias extraordinarias de las empresas energéticas y la congelación de los umbrales del impuesto sobre la renta de las personas físicas. También es probable que implique recortes de gastos políticamente difíciles para los departamentos del Gobierno, lo que podría perjudicar aún más los malos resultados del Partido Conservador en las encuestas.
