El presidente estadounidense Donald Trump está ignorando las preocupaciones de que podría ser un lastre para los candidatos republicanos en las elecciones de este otoño boreal y viajará por todo el país para hacer campaña, en una decisión que pueda asegurar que las elecciones de 2018 sean un referéndum de su presidencia.
El mandatario planea pasar más de 40 días en la gira de campaña entre principios de agosto y las elecciones de mitad de período de noviembre, según un funcionario de la Casa Blanca que habló de los planes bajo condición de anonimato. Eso superaría los esfuerzos de Barack Obama y George W. Bush en elecciones estatales durante sus presidencias.
El partido político del presidente históricamente pierde escaños en las elecciones de mitad de período, con la única excepción en la historia reciente de la victoria republicana en 2002, un año después de los ataques del 11 de septiembre. Todavía no está claro si Trump resultará ser una ventaja o un lastre. La popularidad del presidente es baja entre los estadounidenses en general –solo el 42 por ciento de los votantes dijo que aprobaba su desempeño en una encuesta de Gallup publicada la semana pasada–, pero Trump mantiene un fuerte apoyo entre los republicanos.
Los demócratas necesitan ganar 23 escaños para retomar el control de la Cámara de Representantes y tener un 45 por cuento a un 36 por ciento de ventaja sobre los republicanos cuando se les pregunta a los votantes qué partido preferirían que gane en una contienda electoral genérica, según una encuesta publicada la semana pasada por Reuters.
Trump ya hizo este año al menos una docena de viajes por todo el país para respaldar eventos de campaña en apoyo a candidatos republicanos para el Senado, la Cámara de Representantes y varias gobernaciones. El viaje se concentró principalmente en los estados donde ganó en 2016, aunque se aventuró en su estado natal de Nueva York a principios de este mes para apoyar a la representante Claudia Tenney y en Minnesota en junio para respaldar la apuesta de Pete Stauber para reemplazar al representante demócrata Rick Nolan.
Gran parte de los viajes de Trump parecen apuntar a demócratas vulnerables del Senado que se postulan para la reelección en estados en que Trump ganó fácilmente. Visitó reiteradamente Missouri y apareció junto al fiscal general de ese estado, Josh Hawley, que busca derrocar a la senadora demócrata Claire McCaskill. También hizo campaña por el representante Kevin Cramer, de Dakota del Norte, quien quiere derrotar a la senadora demócrata Heidi Heitkamp.
El presidente también ha tratado de fortalecer a los candidatos republicanos que buscan mantener el control del partido en los escaños electorales especiales para la Cámara de los Representantes. Eso incluyó viajes a Pensilvania para apoyar a Rick Saccone y a Ohio para respaldar a Troy Bladerson. Saccone finalmente perdió su elección en un distrito que votó fuertemente por Trump ante el representante demócrata Conor Lamb. Parece probable que Bladerson gane las elecciones especiales realizadas la semana pasada, pero solo por unos pocos cientos de votos.