La magnitud del reto al que se enfrenta Boris Johnson para desbloquear el estancamiento político en el Reino Unido quedó de manifiesto en sus primeros días en el cargo de primer ministro cuando la Unión Europea rechazó de inmediato sus demandas de un acuerdo mejorado para el brexit.
Johnson dijo al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que el acuerdo de retirada del Reino Unido con la UE tendría que cambiar para ser aprobado por el Parlamento, según la versión de su oficina acerca de la conversación telefónica entre los dos cargos el jueves. Juncker dijo que era el mejor y el único trato posible.
Si no cede ninguna de las partes, el Reino Unido se encamina a una salida de la UE en la fecha límite de retirada del 31 de octubre sin un acuerdo establecido para garantizar un comercio transfronterizo sin problemas y mercados disciplinados. Esto podría provocar retrasos en los puertos, escasez de suministros esenciales, incluidos medicamentos, dificultades de todo tipo en las transacciones y una recesión.
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Antes de la llamada con Juncker, Johnson dijo en su primera comparecencia en el Parlamento como primer ministro que iban a centrarse en pisar el acelerador para los preparativos de un brexit sin acuerdo e insinuó que está considerando elecciones, apostando por la línea más dura posible con la UE.
"En los 98 días que nos quedan, debemos acelerar los preparativos para asegurarnos de que haya la menor interrupción posible en nuestra vida nacional", dijo Johnson. "Creo que es posible con el tipo de esfuerzo nacional que el pueblo británico ha hecho antes y que volverá a hacer".
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Llamada a la movilización
La frase de "esfuerzo nacional" parecía una referencia al héroe de Johnson, Winston Churchill. El lenguaje marcial continuó, ya que el primer ministro dijo que quería "movilizar" al personal del Gobierno. El trabajo debe ser la "máxima prioridad" de Michael Gove, y el nuevo canciller del Tesoro, Sajid Javid, facilitará "todos los fondos necesarios". La oficina de Johnson también prometió una campaña de información pública para ayudar a preparar a la nación ante la posibilidad de una salida sin acuerdo.
"Preferiría que dejáramos la UE con un acuerdo", dijo Johnson, quien se opone a la garantía de "salvaguarda" para la frontera irlandesa en el acuerdo de Retirada actual. "Nos dedicaremos a estas negociaciones con la mayor energía y determinación y con espíritu de amistad".
