Algunos gestores de fondos basan parte de sus decisiones de inversión cada vez más en la consideración que las empresas tienen con sus empleados y clientes durante la pandemia de coronavirus.
¿Actuaron las empresas de inmediato para dejar que su personal trabajara desde casa? ¿Continuaron pagando a los empleados contratados que tuvieron que dejar de trabajar? ¿Ofrecen flexibilidad a los clientes que no pueden pagar las facturas a tiempo? Cada vez más, inversores como Dai-ichi Life Insurance Co. y AllianceBernstein Holding LP se hacen preguntas como esas cuando consideran dónde poner su dinero.
Es parte de la creciente tendencia mundial de inversión responsable con el medio ambiente, aspectos sociales y de gobernanza (ESG, de sus siglas en inglés) para poner su dinero en empresas que benefician a la sociedad, pero estos gestores de fondos piensan que también tiene lógica comercial. Ser buenos empleadores y socios comerciales en última instancia puede dar frutos con retornos sostenibles a largo plazo si, por ejemplo, resulta en tasas de retención de personal más altas o ayuda a evitar trastornos en las cadenas de suministro, estiman los inversores.
“Esta pandemia es una prueba de fuego que muestra qué empresas han estado respondiendo a la crisis de manera rápida y adecuada”, dijo Haruna Usui, estratega sénior de inversiones en AllianceBernstein Japan.
“Hubo algunas empresas que tardaron más tiempo en permitir que sus empleados trabajaran desde casa, por ejemplo. Nos gustaría analizar casos individuales”, agregó Usui.
La inversión en proyectos que benefician a la sociedad está en auge en todo el mundo, y la emisión de bonos sociales para pagar tales proyectos han alcanzado un récord globalmente. En Japón, se ha emitido una deuda de 328.000 millones de yenes (US$3.000 millones) de este tipo en lo que va del año, más del 70% de la cifra para todo 2019.
La pandemia de coronavirus está intensificando el enfoque de los inversores en los factores ESG, ya que ha mostrado cómo una crisis de salud pública puede tener graves consecuencias macroeconómicas y crediticias, ha dicho Moody’s Investors Service en un informe esta semana.
Los inversores están atentos a si las empresas ofrecen una mano amiga a medida que el coronavirus hace estragos en las economías de todo el mundo. Japón está en una recesión y se espera que su economía se contraiga más del 20% este trimestre. Las quiebras de empresas en el país relacionadas con la pandemia aumentaron más del 30% en las tres semanas hasta el miércoles, según la firma de análisis Teikoku Databank debido a que los clientes de restaurantes, hoteles y pensiones desaparecieron durante meses.
Mitos y verdades del teletrabajo
Además de preguntarse sobre el teletrabajo, los inversores de capital y crédito en AllianceBernstein en Japón y en otros lugares preguntan a las empresas sobre cosas como si ayudaron a instalar equipos técnicos para el personal en el hogar y si permitieron a los clientes retrasar los pagos de facturas, según Usui.
En Dai-ichi Life, en Tokio, la aseguradora comenzará a preguntar a 250 compañías en las que tiene inversiones de capital si están tomando medidas como dar al personal la opción de trabajar desde casa y si tienen planes de contingencia para seguir operando incluso si sus empleados se infectan con el coronavirus, según el portavoz Tsubasa Miyata.
“Somos un inversor a largo plazo, por lo que no venderemos acciones de compañías de inmediato, incluso si no cumplen con nuestras expectativas ESG”, dijo Miyata. “Continuaremos teniendo un diálogo con ellas y haremos un seguimiento sobre el cambio en los próximos cinco a seis años”.