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Antonio Aracre explicó el objetivo de la inocencia fiscal: “Hay 250 mil millones de dólares fuera del sistema”

El economista analizó el blanqueo de ahorros, el dólar, las reservas del BCRA y sentenció: “Lo que está faltando son años de confianza y de estabilidad”

Antonio Aracre
Antonio Aracre | NA

La aprobación de la ley de inocencia fiscal y del Presupuesto 2026 abrió un nuevo capítulo en la agenda económica argentina, con el Gobierno apostando a reforzar previsibilidad, ampliar la base de contribuyentes y tentar el regreso de ahorros en dólares que hoy permanecen fuera del sistema. En dialogo con Canal E, el economista Antonio Aracre sostuvo que el eje central de la iniciativa es reconstruir confianza tras décadas de shocks que dejaron marcas profundas en el comportamiento de los ahorristas. “En los últimos 30, 40 años se han sucedido algunos eventos muy críticos en la Argentina que minaron fuertemente la confianza”, afirmó.

Aracre recordó dos hitos que, a su entender, explican por qué millones de dólares quedaron “bajo el colchón” o fuera del circuito formal: el Plan Bónex en los 90 y la crisis de 2002 con “pesificación asimétrica y apoderamiento de los depósitos”. Según explicó, esas experiencias empujaron a familias y empresas a refugiarse en dólares guardados en sus hogares, cajas de seguridad o incluso cuentas en el exterior, muchas veces no declaradas por el modo en que se accedía a divisas durante años de restricciones cambiarias.

Inocencia fiscal: repatriar ahorros y aceitar el crédito como motor de la economía

Para Aracre, el diagnóstico de partida es contundente: existe un volumen enorme de dólares fuera del sistema. “Los cálculos consensuados indican 250 mil millones de dólares de argentinos que tienen fuera del sistema, en Argentina o en el exterior”, señaló. En ese marco, explicó que la ley busca “repatriar al menos una parte” de esos fondos y que, aun con un retorno acotado, el efecto podría ser significativo: “Solo con un 10% en el primer año tendría un impacto impresionante en el desarrollo del mercado de capitales, en la construcción y sobre todo en el crédito, que es lo que moviliza la economía”.

El economista detalló que el mecanismo se apoya en un incentivo tributario: quienes quieran acceder a los beneficios deberían adherir al régimen simplificado de impuesto a las ganancias. Además explicó que el objetivo es que la autoridad fiscal proponga el monto a pagar con base en la información declarada y registrada (facturación y gastos), haciendo el cumplimiento “más fluido” y, en consecuencia, favoreciendo la recaudación. A cambio, el contribuyente tendría la posibilidad de externalizar activos y evitar revisiones por períodos anteriores vinculados, por ejemplo, a Bienes Personales o Ganancias. “Vas a tener como premio la posibilidad de externalizar activos, sin que nadie te pueda venir a fiscalizar años anteriores”, afirmó.

Respecto de la implementación, Aracre indicó que el depósito de dólares puede realizarse de inmediato, aunque recomendó actuar con asesoramiento profesional: “Generalmente un responsable inscripto tiene un contador, hablen con ese contador”, dijo, y sugirió esperar el encuadre formal si fuera necesario: “Esperaste 20 años, no pasa nada si tenés que esperar una semana más”.

Presupuesto 2026 y señales al mercado: déficit cero, bonos y vuelta al financiamiento

Aracre consideró que contar con un Presupuesto 2026 aprobado es “un paso enorme” para la previsibilidad y para la lectura que hacen inversores y acreedores sobre la capacidad política de sostener el rumbo fiscal. Según explicó, el dato relevante no es sólo el contenido, sino el respaldo legislativo: sostuvo que el “déficit cero” deja de ser únicamente una decisión del Ejecutivo y pasa a estar “consagrado” por una votación en el Congreso, con acompañamiento significativo.

En esa línea, señaló que el Presupuesto también fortalece la posición del Ministerio de Economía para encarar renegociaciones de deuda y mejorar el acceso a los mercados. “Con ese presupuesto puede avanzar en negociaciones para poder renegociar su deuda”, afirmó, y agregó que habrá que observar el impacto en bonos y riesgo país, con la expectativa de que Argentina pueda “volver a los mercados internacionales” para refinanciar vencimientos de capital.

El economista también proyectó un sendero de desaceleración de la inflación durante 2026. En la entrevista sostuvo que espera un primer trimestre con inflación entre 1,5% y 2% mensual, un segundo trimestre entre 1% y 1,5%, y un segundo semestre en el que podría ubicarse por debajo del 1% mensual. “Es muy probable que comience con cero, será un 0,9% al principio”, dijo, aludiendo a la posibilidad de ver registros históricamente bajos para la Argentina reciente.

Dólar, bandas cambiarias, reservas y consumo: el “cambio de chip” y la reactivación

Consultado por el esquema cambiario, Aracre defendió el rol de las bandas como un marco de referencia que reduce volatilidad y ayuda a ordenar expectativas. En su visión, el problema de fondo no es técnico sino cultural e histórico: “Lo que está faltando son años de confianza y de estabilidad para que la gente deje de estar completamente obsesionada por lo que pasa con el tipo de cambio”, afirmó. Y agregó que las bandas funcionan como “un paso intermedio” que podría sostenerse “durante algunos años” hasta que la sociedad “cambie el chip” y aumente la confianza en una economía más estable.

En el frente de reservas, explicó que el Tesoro podría comprar dólares en el mercado sin esperar tocar el techo o piso de banda y mencionó que ya acumuló fondos para afrontar pagos de deuda. También describió dos vías para sumar reservas: compras con pesos provenientes del superávit y un mecanismo asociado a la necesidad de “monetizar” una economía con bajo nivel de circulante. En ese esquema, planteó una meta de acumulación que podría rondar los 20 mil millones de dólares, aunque aclaró que la posibilidad de sostenerlas dependerá de poder refinanciar vencimientos y no drenar reservas para pagar capital por falta de acceso al crédito.

Sobre la actividad, Aracre señaló que el consumo podría mostrar señales de mejora, con un diciembre mejor que los meses previos tras la incertidumbre electoral y un escenario de tasas más bajas. Citó un dato de ventas en supermercados con aumento interanual cercano al 3% y proyectó una recuperación “gradual” y “heterogénea”, primero en bienes durables y luego en consumo masivo, con un 2026 que —según su visión— podría resultar “un año bueno”.

Por último, adelantó que otro debate relevante podría llegar en febrero con la discusión de una reforma o modernización laboral. Aracre remarcó el consenso social sobre el problema de la informalidad —cercana al 50%, según mencionó— y sostuvo que la reforma debería apuntar a reducir litigiosidad y cargas que desalientan la registración, especialmente en pymes, que concentran gran parte del empleo.