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“No esperaría un aluvión de dólares en lo inmediato”: cautela del mercado ante la inocencia fiscal

Para asesor financiero Andrés Reschini: “El esquema cierra siempre y cuando entran dólares por inversión y dólares financieros”, pero si eso no ocurre, pueden reaparecer tensiones.

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Dólar blue | Gentileza de Freepik.es

La sanción de la ley de inocencia fiscal reavivó una pregunta recurrente en la Argentina: si los dólares guardados fuera del sistema volverán a canalizarse hacia bancos e inversiones formales. Para Andrés Reschini, asesor financiero de F2 Soluciones Financieras, el cambio va “en la dirección correcta”, pero no alcanza por sí solo para disparar un ingreso masivo e inmediato de divisas. En diálogo con Canal E, el analista subrayó que el comportamiento del ahorrista sigue marcado por la cautela y por el contexto político, mientras el mercado mira de reojo el frente financiero de corto plazo y el esquema para acumular reservas.

Reschini coincidió con el argumento oficial de que parte de la dolarización informal se generó por restricciones que dejaron a muchos trabajadores sin acceso al mercado formal: “Hay gente que no podía comprar divisas con el producto de su sueldo, de su trabajo y terminó sacando el dinero hacia la informalidad para protegerse de la inflación”, sostuvo. Y agregó una definición tajante sobre ese punto: “Y eso no es ningún delito”.

Aun así, el asesor marcó límites. Señaló que la norma no contempla a todos los perfiles (mencionó que “no alcanza” a monotributistas y grandes firmas) y que, por historia y sensibilidad local, la iniciativa seguirá siendo “delicada para el paladar del argentino”. Por eso, aunque la considera un avance, pidió moderar expectativas de impacto instantáneo: “Yo creo que es positivo, pero que yo no esperaría por ahora un aluvión de dólares en lo inmediato”.

Medida “correcta”, pero sin urgencia: por qué Reschini no espera dólares masivos en el corto plazo

Reschini evaluó la inocencia fiscal como una señal favorable, especialmente para quienes quedaron empujados a la informalidad por restricciones previas. En su interpretación, abrir una “chance” para que esos fondos vuelvan a circular puede ser útil para consumo, inversión y financiamiento. Lo resumió así: “Está bueno que haya la chance de poder volcarlo nuevamente al mercado, de usarlo”.

Sin embargo, el asesor puso el foco en el “timing”. A su entender, el efecto más probable es gradual y de mediano plazo, porque depende de la confianza y del clima político. Planteó que, si el mercado percibe riesgo electoral o giro de rumbo, la reacción natural podría ser defensiva, incluso si hay incentivos: explicó que ante la posibilidad de que “gane una oposición” que el mercado juzgue menos racional, “los dólares van a ser negativos, a mi parecer”.

También relativizó la idea de una carrera por invertir “ya”. Ante la pregunta de si existe urgencia, respondió: “No, no, por supuesto”. Y enumeró los temas que hoy pesan más en la agenda financiera: cómo se terminará de financiar el próximo pago de bonos, cómo avanzará la acumulación de reservas con la “nueva fase”, y qué ocurrirá con reformas aún pendientes. En ese marco, anticipó algo de atracción de capitales, pero sin “erupción” inmediata: “Sí va a haber algo de atracción, pero nada más que ya tenga una erupción de dólares inmediata”.

Deuda, Repo y mercado: el “límite” que mostró la colocación y lo que mira el inversor

El frente financiero aparece como uno de los determinantes del clima de mercado. En la charla se mencionó el pago del 9 de enero y la disponibilidad de dólares del Tesoro para cubrir parte del compromiso. Reschini consideró que completar el fondeo podría requerir fuentes adicionales. Consultado por si el resto podría provenir del Repo, respondió: “Es probable que sí”.

También analizó la última colocación de deuda (mencionada en la entrevista como el Bonar 2029) y la interpretó como un paso relevante, aunque con señales mixtas sobre la demanda. “Abrió una puerta muy importante del financiamiento que es el mercado”, dijo, pero advirtió que el apetito no fue ilimitado: según describió, se ofrecieron 1.400 millones y se reunieron 1.000, que era el objetivo oficial, con una tasa de 9,26%, por encima de lo que pretendía el equipo económico. Para Reschini, eso implica que el mercado puso un techo: “Por ahí ya el mercado dijo ‘es hasta acá’”.

En esa misma línea, señaló que existieron “atractivos” previos para estimular la demanda y, aun así, la señal fue de cautela. La lectura de Reschini es que el inversor sigue selectivo: acompaña, pero exige premio y observa la consistencia del programa, el flujo de dólares y el cuadro político.

Respecto del giro de utilidades (habilitado desde 2025, con efecto práctico habitual a partir de abril por cierres de balance), Reschini no anticipó un impacto disruptivo en el tipo de cambio. Lo planteó de forma directa: “No veo grandes sobresaltos por el tema del giro de dividendos”. En su visión, el mercado se encuentra “bien parado”, el Gobierno llega con mejores condiciones políticas que un año atrás y, sin apuros generalizados por salir, predomina una actitud de “esperar y ver”.

Dólar, bandas e inflación: intervención, “fase transitiva” y el desafío de comprar reservas

En el mercado cambiario, Reschini describió un período de transición donde conviven señales de presión con un tipo de cambio oficial prácticamente inmóvil. Observó que, antes del anuncio de la nueva fase, el Gobierno compraba divisas a diario, pero que luego se vio un cambio hacia ventas netas. Y aportó una imagen concreta del comportamiento reciente: “Tuvimos una semana con el mayorista en 1450 casi sin moverse, eso no es natural, digamos, hay una clara intervención”.

Aun así, no previó un salto desordenado en lo inmediato. Explicó que se trata de una etapa “transitiva” entre el esquema que termina y el que comienza, con el ajuste de bandas por delante. “Es lógico que haya algunos ruidos”, dijo, y evaluó que el Gobierno viene logrando mantener el tipo de cambio “a raya” sin “grandes sacrificios”, mientras el mercado espera qué ocurrirá cuando la banda se ajuste al 2,5%.El cambio de dinámica, según Reschini, reordenó expectativas de inflación.

Además sostuvo que, tras el anuncio, el mercado de bonos “corrió al alza” sus previsiones porque interpretó que el Gobierno pasó de usar el tipo de cambio como ancla nominal a un esquema donde el tipo de cambio se ajusta por precios. En su lectura, esa señal se entendió como una prioridad por acumular reservas por encima de acelerar la desinflación: “El mercado entiende que el gobierno priorizó la acumulación de reservas por sobre la inflación”.

En ese contexto, el analista planteó la pregunta que sigue abierta: si el Gobierno logrará comprar los dólares comprometidos. Consultado por la meta de 10.000 millones, respondió que dependerá del contexto político, de que salgan reformas y de que se consolide previsibilidad institucional para atraer inversiones y dólares financieros. “El esquema cierra siempre y cuando entran dólares por inversión y dólares financieros”, explicó, y advirtió que, si eso no ocurre, pueden reaparecer tensiones.