La cosecha de girasol 2025/2026 ya comenzó en el norte argentino y el primer termómetro de la campaña deja un balance con matices: por un lado, rindes que entusiasman; por otro, dificultades operativas y sanitarias que vuelven a poner sobre la mesa problemas históricos, como el daño de aves en lotes puntuales y la interrupción de tareas por lluvias intensas.
En una entrevista, Juan Martín Salas Oyarzún, presidente de la Asociación Argentina del Girasol (ASAGIR), describió el escenario de arranque y puso el foco en las zonas tempranas. “El norte del país es muy importante para nosotros”, sostuvo, al referirse al peso que tienen regiones como norte de Santa Fe, Chaco y Santiago del Estero en el inicio de la recolección. Y confirmó que la campaña ya muestra actividad concreta: el avance ronda el 5% sobre la proyección nacional.
Inicio de cosecha en el norte: rindes que prometen y el impacto de aves y lluvias
En el mapa productivo, el norte vuelve a marcar el pulso de los primeros cortes. Salas Oyarzún señaló que la implantación fue positiva y que el cultivo llegó bien a la etapa de cosecha: “Venían unas condiciones muy buenas y son muy buenas”. Esa frase resume el ánimo con el que la cadena gira la mirada hacia los primeros números de rinde.
Sin embargo, el entrevistado advirtió que el momento de la recolección no está exento de contratiempos. Mencionó que “a la hora de la recolección se ha complicado” en algunos casos, especialmente por ataques de aves. En ese marco, describió una realidad que productores del norte conocen de cerca: no es un fenómeno homogéneo, pero cuando aparece puede ser determinante. En sus palabras, “si bien no es absolutamente generalizado, hay lotes puntuales que han mostrado esta problemática”.
El presidente de ASAGIR también ubicó el problema en un contexto más amplio, donde distintas especies se vuelven cada vez más frecuentes en ciertas zonas productivas. En la entrevista se mencionaron “palomas… torcazas” como parte de un cuadro que muchos describen directamente como “plaga”. Frente a esa situación, Salas Oyarzún remarcó un punto práctico: para contener el daño, la clave pasa por reducir la disponibilidad de alimento que sostiene a las poblaciones.
Esa idea la expresó con un mensaje directo a toda la cadena logística: “Evitar pérdida de granos en cualquier tipo de circunstancia”. En su mirada, no se trata solo de lo que ocurre dentro del lote, sino también de las pérdidas asociadas a la cosecha, el transporte y el acopio. Si hay grano disponible por ineficiencias, el problema se refuerza: las poblaciones se recomponen con rapidez y la presión vuelve.
A la par del desafío por aves, en el norte la campaña convive con otro condicionante: el clima. Salas Oyarzún reconoció que hubo zonas con lluvias que enlentecieron las labores y que “está haciendo un poco más lenta la cosecha” en algunos puntos. Aun así, buscó llevar tranquilidad sobre el riesgo de un escenario más grave: “Entendemos que no es una cuestión preocupante” y que “no vemos un peligro importante generalizado”.
Mientras el norte avanza con la trilla, en regiones más al sur el cultivo transita etapas previas, pero con un panorama que también acompaña. El presidente de ASAGIR señaló que, en provincias como Buenos Aires y La Pampa, “las condiciones hasta ahora son muy buenas para el cultivo”, un dato que suma expectativas hacia el núcleo productivo de la campaña.
Aceite de girasol, industria y exportaciones: una molienda récord y más ingreso de divisas
En el plano económico e industrial, la entrevista se detuvo en un indicador que funciona como termómetro del dinamismo de la cadena: la molienda. Salas Oyarzún afirmó que la industria viene con un nivel de actividad inusual en la serie reciente y lo resumió sin rodeos: “No teníamos una molienda tan grande”. Según explicó, se trata de un desempeño que no se veía desde hace años, y lo vinculó con el buen momento del aceite de girasol como producto exportable.
La mejora no se limita al volumen procesado. También aparece reflejada en el ingreso de divisas. En la entrevista, el presidente de ASAGIR aseguró: “Vamos a cerrar 2025 con un 50% respecto del año anterior”, al referirse al crecimiento del ingreso de dólares por exportaciones vinculadas a la cadena.
Con ese marco, las perspectivas para el próximo año combinan cautela y ambición. Salas Oyarzún fue claro al marcar un objetivo mínimo: “La expectativa… sería mantenernos para el año que viene como piso”. Y dejó abierta la puerta a una expansión si la cosecha acompaña. Parte de esa posibilidad está dada por una condición que, según remarcó, hoy ya está resuelta: “El consumo interno está totalmente abastecido”. Por eso, añadió que la Argentina tiene margen para vender más afuera: “Podemos llegar a exportar más”.
La demanda internacional aparece como motor central. En la entrevista se mencionó un escenario global exigente, donde el equilibrio entre oferta y demanda empuja la competencia por mercadería y sostiene el interés por el girasol. En ese contexto, ASAGIR ve oportunidades para seguir colocando producto, especialmente si se consolidan rindes y se sostiene el ritmo industrial.
Precio del girasol y agenda 2026: firmeza del mercado y el foco en rendir más
El capítulo del precio fue uno de los más seguidos por el sector. Salas Oyarzún describió un año con valores sostenidos y proyectó una continuidad de esa tendencia, con una frase que sintetiza la expectativa del mercado: “No habría fundamentos para que el precio del girasol baje de aquí a mitad del 2026”. La afirmación apunta a un escenario donde la demanda externa y la dinámica internacional de los aceites vegetales seguirían aportando sostén, salvo que aparezcan cambios bruscos en el tablero macro o comercial.
Más allá de los precios, la entrevista también puso el foco en la estrategia de mediano plazo: cómo seguir agregando valor desde la producción. Allí, el presidente de ASAGIR planteó una consigna concreta, de lógica agronómica y económica a la vez. “La principal clave… es hacer que el cultivo rinda un kilo más por hectárea”, afirmó. En su visión, cada mejora de rendimiento se traduce en más grano disponible, más actividad para servicios asociados y más capacidad de exportación.
Salas Oyarzún también destacó una ventaja competitiva de la Argentina en el mercado global: “Somos el único productor significativo que exporta en el hemisferio sur”, y subrayó que esa posición permite jugar con ventanas comerciales por contraestación. Esa característica, además, abre oportunidades tanto para grandes jugadores industriales como para estructuras más chicas: existen nichos donde pueden insertarse empresas con escala menor, si encuentran mercado y financiamiento.
La agenda institucional de la cadena ya tiene una parada fuerte para el próximo año. En la entrevista se confirmó el 8° Congreso Argentino de Girasol, con sede y fecha: “Va a ser el 16 de abril del 2026 en el Hotel Sheraton de Mar del Plata”. El encuentro buscará reunir a los distintos eslabones —producción, industria, ciencia, tecnología y mercado— en un contexto donde el girasol recupera protagonismo por su rendimiento, su demanda y su aporte exportador.
En esa línea, el presidente de ASAGIR insistió en que la mejora productiva no depende de una sola variable, sino de un conjunto: tecnología, manejo, información y condiciones para invertir. Y dejó como telón de fondo un punto sensible para todo el agro: la posibilidad de contar con herramientas financieras que permitan sostener innovación y aumentar capacidad, especialmente en un escenario donde el girasol vuelve a posicionarse como cultivo estratégico.