En diálogo con Canal E, la ingeniera agrónoma y directora de Verde Más, Laura Martínez Quijano, explicó cómo las soluciones basadas en la naturaleza pueden hacer frente a los efectos del cambio climático desde una escala municipal.
Traer la naturaleza a la ciudad: la clave de la sostenibilidad
Para la entrevistada, hacer una ciudad sustentable significa “traer la naturaleza a las ciudades y mejorar su infraestructura verde”.
Esta infraestructura, muchas veces vista solo como decorativa, cumple funciones vitales: “Regula la temperatura, la escorrentía del agua, fomenta la biodiversidad y captura carbono”, detalló.
La especialista destacó que el cambio climático ya está ocurriendo y que hay que actuar sin demora: “Cuanto antes empecemos, antes vamos a lograr esos beneficios de largo plazo”. Sin embargo, aclaró que estos efectos no son inmediatos: “No son con las plantas recién puestas, sino a lo largo del tiempo, cuidándolas y habitando junto con ese espacio”.
Aunque aún existen sectores que niegan el cambio climático, Martínez Quijano afirmó que hay municipios, empresas y ciudadanos que sí reconocen el problema y están actuando: “El enfoque es empezar por quienes comprenden los efectos del cambio climático y están dispuestos a aplicar soluciones basadas en la naturaleza”.
Municipios, empresas y ciudadanos: una alianza clave
La experta señaló que transformar una ciudad no requiere esperar a ser un país del primer mundo. “Argentina puede empezar a cambiar un espacio verde a la vez, un municipio a la vez”, afirmó, desmitificando la idea de que la sostenibilidad requiere grandes recursos.
Desde los gobiernos locales, resaltó la participación de más de 450 ciudades en la Red Argentina de Municipios contra el Cambio Climático, lo que demuestra un creciente compromiso en el territorio. “No es que son pocos los que están diciendo ‘existe el cambio climático y hago algo al respecto’”, enfatizó.
Sobre las empresas, explicó que muchas ya están midiendo su huella de carbono y entienden que promover soluciones verdes mejora su reputación y reduce riesgos. Por el lado de la ciudadanía, subrayó: “El ciudadano se apropia de estos espacios, los co-construye y los mantiene; no son soluciones que vienen desde afuera”.
Cuando se le consultó por ciudades modelo, fue cauta: “No me animo a dar un solo nombre porque hay realidades muy distintas”, pero mencionó que Buenos Aires forma parte de la red internacional C40, junto a grandes capitales comprometidas con el clima. A nivel global, destacó los casos de Ámsterdam, Tokio y Seúl: “No solo lo hacen por la huella de carbono, sino por recuperar la ciudad para los ciudadanos”.
Finalmente, advirtió que posponer estas acciones puede ser un error estratégico: “Son soluciones de muy larga implementación, y si se demora, los beneficios también se postergan”.