El precio del oro superó los USD 4.200 la onza, alcanzando un nuevo récord histórico en los mercados internacionales. La suba, que representa un avance del 55% en lo que va de 2025, sorprendió a los analistas porque ocurre en un contexto de máximos bursátiles en Wall Street, un escenario en el que tradicionalmente el metal dorado tiende a retroceder.
Según los expertos, la escalada del oro responde a una combinación de factores geopolíticos, monetarios y financieros. Entre ellos se destacan la reanudación de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, las expectativas de bajas en las tasas de interés de la Reserva Federal y el impacto del cierre parcial del Gobierno estadounidense, que ya lleva dos semanas.
“El oro alcanzó niveles de sobrecompra que invitan a cautela, pero el impulso se apoya en fundamentos sólidos, como el retorno de la demanda institucional y el contexto de incertidumbre global”, explicó Antonio Montiel, director de análisis de ATFX Education, a Infobae.
Las razones detrás del salto del oro
- Guerra comercial y política arancelaria: Las nuevas medidas impulsadas por el presidente Donald Trump, con aranceles sobre productos importados, generaron volatilidad y llevaron a los inversores a refugiarse en activos seguros.
- Incertidumbre económica: El cierre del Gobierno y los datos económicos retrasados incrementaron el temor a una desaceleración, alimentando la búsqueda de protección.
- Tasas de interés y debilidad del dólar: De acuerdo con Giovanni Staunovo, analista de UBS Global Wealth Management, la caída del dólar y los recortes de tipos de la Reserva Federal fortalecieron al oro al hacerlo más atractivo frente a otros activos.
- Compras institucionales: Montiel también resaltó el papel de los bancos centrales, que continuaron aumentando sus reservas de oro como parte de estrategias de diversificación monetaria. Este flujo constante de capitales soberanos “mitiga el riesgo de correcciones abruptas”, aunque podría haber ajustes si aparecen tomas de ganancias.
El oro como “superestrella” de 2025
El oro no solo se consolidó como refugio, sino también como uno de los activos más rentables del año. “Tradicionalmente, los inversores acuden al oro cuando los mercados están pesimistas, pero esta vez lo hacen en pleno auge bursátil. Es una señal de cobertura ante una posible burbuja en la euforia por la inteligencia artificial”, afirmó Russ Mould, director de inversiones de AJ Bell.
Otros metales preciosos acompañan el fenómeno: la plata subió más del 65% desde enero, cotizando en torno a los USD 48 por onza. Ante este escenario, Goldman Sachs elevó su proyección del oro a USD 5.000 por onza para 2026, mientras el analista Alex Kuptsikevich, de FxPro, recomendó destinar un 20% de las carteras a metales preciosos y criptomonedas.
Riesgos y advertencias del mercado
Pese al entusiasmo generalizado, los analistas advierten sobre los riesgos de concentración. Si bien el oro es considerado un refugio seguro frente a la inflación y la volatilidad, presenta niveles de variación del 10% al 15%, según Staunovo. Además, los diferenciales de precio entre compra y venta en piezas pequeñas pueden erosionar rendimientos.
La Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas de Estados Unidos (CFTC) también instó a actuar con cautela, recordando que los metales preciosos pueden ser altamente volátiles y que en momentos de ansiedad económica, los mayores beneficiados suelen ser los vendedores. Asimismo, el organismo alertó sobre estafas y falsificaciones en el mercado físico.
Perspectivas
El avance del oro reafirma su condición de activo estratégico en tiempos de incertidumbre. Con la Reserva Federal inclinándose hacia una política más laxa, y la creciente demanda de bancos centrales y grandes fondos, la tendencia alcista podría mantenerse en el corto plazo.
Sin embargo, los expertos coinciden en que el mercado podría experimentar una corrección técnica si las tensiones comerciales ceden o si se perciben señales de reactivación económica global.