En diálogo con Canal E, Eugenio Semino, defensor de la tercera edad, analizó la reforma laboral y sostuvo que, sin una visión conjunta con el sistema previsional, se profundizará la crisis de financiamiento de la seguridad social.
La reforma laboral volvió a encender alarmas en el sistema previsional. Según estimaciones, la ANSES podría dejar de recaudar unos 2.500 millones de dólares en fondos jubilatorios. Para Semino, el problema no es solo el monto, sino el enfoque. “Vamos a empezar por el fin de la película: me parece un disparate”, sentenció, al cuestionar que se discutan por separado reformas que están íntimamente ligadas.
El especialista recordó que originalmente se hablaba de una reforma laboral, fiscal y previsional en simultáneo. Sin embargo, la previsional quedó relegada. “La previsional fue quedando asado y ahora se habla de tratarla a fines del año que viene o algún día”, advirtió, marcando la falta de planificación de largo plazo.
Un sistema atado al trabajo y a los impuestos
Semino explicó que el sistema previsional argentino se sostiene sobre un delicado equilibrio. “Nosotros tenemos un sistema de reparto asistido: el 50% proviene de aportes y contribuciones y el otro 50% del aporte fiscal”, detalló. Por eso, cualquier cambio en contribuciones patronales o impuestos impacta de lleno en la seguridad social.
En ese marco, alertó que el sistema ya atraviesa una situación crítica. “Estamos hablando de un sistema que ya viene con gravísimas dificultades, observable en la miseria que cobran nuestros jubilados y pensionados”, afirmó. Para el defensor de la tercera edad, el deterioro es transversal a distintas administraciones y no se resolverá con medidas aisladas. “Las reformas no resuelven el problema del presente, son hacia el futuro”, aclaró, aunque subrayó que deben hacerse correctamente.
Reformas apresuradas y sin consenso social
Otro de los puntos centrales fue la falta de debate interdisciplinario. “No se puede escindir lo laboral de lo impositivo y de la seguridad social”, insistió Semino. Incluso puso el foco en el IVA, uno de los principales impuestos que financian el sistema. “El IVA es el impuesto más regresivo y el que más plata está poniendo en el sistema previsional”, señaló, advirtiendo que tocarlo sin análisis profundo puede agravar la situación.
Desde su experiencia académica, fue contundente: “Las reformas llevan tiempo, no se hacen en un par de reuniones de comisión”. Y agregó que deben realizarse de cara a la sociedad. “Si no, después vienen planteos que no resuelven el problema, sino que lo incrementan”, alertó.
Finalmente, reconoció la necesidad política del Ejecutivo de avanzar, pero marcó un límite claro. “Una reforma previsional no se hace por un año, se hace pensando en 10, 20 o 30 años, en una futura generación”, concluyó.