En diálogo con Canal E, la analista internacional y politóloga Fernanda Cornejo detalló el ataque ocurrido en el piso 33 de un rascacielos de Manhattan, protagonizado por Shane Kamura, un exjugador de fútbol americano con trastornos psicológicos.
Un ataque guiado por la confusión y el deterioro mental
Shane Kamura, de 27 años, llegó con un arma registrada al edificio, buscando la sede de la National Football League. “Él jugó al fútbol americano cuando era chico y había quedado con un traumatismo cerebral”, explicó Cornejo. La confusión lo llevó al piso equivocado, donde asesinó a cinco personas, incluida un oficial de policía.
La carta manuscrita que dejó en su departamento revelaba el plan completo. “Ya tenía pensado quitarse la vida. Quería atacar directamente a la NFL”, sostuvo Cornejo. La misiva, sin nombres ni motivaciones ideológicas, reflejaba únicamente una crisis personal.
El caso también puso de relieve la falta de prevención en la vía pública: “Recorrió casi todo Manhattan con el arma en la mano y nadie se dio cuenta”, señaló con preocupación la experta. Solo cuando comenzaron los disparos, los vecinos alertaron a la policía.
Con respecto a las personas que fueron asesinadas, Cornejo respondió que se trataba de empleados de la empresa dueña del edificio, completamente ajenos al objetivo inicial del tirador. “Se equivocó de piso, pero siguió adelante con su plan”, agregó.
Tenencia legal de armas y el rol de las instituciones deportivas
Kamura trabajaba en un casino de Las Vegas y tenía permiso legal para portar armas. “Eso depende de cada estado; en Nevada tenía autorización por ser guardia de seguridad”, explicó Cornejo, remarcando la dificultad de regular la posesión de armas cuando existen antecedentes psicológicos.
Consultada sobre la postura de la liga, Cornejo indicó: “La NFL emitió un comunicado lamentando lo ocurrido y agradeciendo que no se haya alcanzado su piso”. La organización no se refirió a posibles compensaciones ni al daño neurológico en sus exjugadores.
“Probablemente quiso atacar a la máxima autoridad del fútbol americano”, menconó la entrevistada y remarcó que la carta no señalaba a ninguna persona en particular, lo que hace imposible determinar un blanco específico.
Finalmente, el caso se suma a otros similares en Estados Unidos, como el de Luigi Mangione, donde los problemas de salud mental no tratados a tiempo terminan en tragedias. “No vamos a encontrar nunca una respuesta clara, pero es evidente que estaba atravesando una situación muy difícil”, concluyó Cornejo.