El anuncio del cierre de Vialidad Nacional por parte del Gobierno Nacional despertó fuertes críticas en el sector de la construcción. Gerardo Antonio Fernández, presidente de la Confederación de Pymes Constructoras, consideró en Canal E que la decisión resulta “extraña y desatinada” y que genera una gran incertidumbre sobre el futuro del mantenimiento de rutas no concesionadas.
“Sin infraestructura no hay inversión privada posible. Ni Estados Unidos ni China crecieron sin inversión pública en infraestructura. Se puede entender la intención de terminar con estructuras ligadas a la corrupción, pero no queda claro cómo se va a continuar. Hay que ser prudentes y esperar la letra fina de la norma”, señaló Fernández en diálogo con la prensa.
El cierre del organismo fue anunciado en un contexto de reorganización de dependencias estatales, que incluye también a entes vinculados al transporte. El ministro del área explicó que se planea concesionar 9.120 km de rutas, aunque el titular de la confederación advirtió que esa cifra representa apenas el 2 o 3% de la red vial nacional, provincial y municipal.
“La gran pregunta es qué pasará con el 97% restante de las rutas, que no son rentables. Las provincias no tienen recursos para asumir esa responsabilidad. Hoy transitar por el interior del país para sacar la producción es muy difícil por el estado de los caminos”, sostuvo.
La obra pública, paralizada; la privada, estancada
Fernández también describió un panorama muy complicado para las pymes del sector. Por un lado, “la obra pública nacional es inexistente” y las provincias “hacen lo que pueden”, en un contexto en el que la coparticipación cayó más de un 25% en los últimos meses.
En cuanto a la obra privada, el costo por metro cuadrado en pesos sigue en niveles históricamente altos, lo que desincentiva la demanda y complica a los desarrolladores inmobiliarios. Incluso, algunos de ellos que vendieron en dólares no pueden cumplir sus compromisos porque “el dólar se quedó retrasado respecto a los precios en pesos”.
“La situación es muy difícil. Los pedidos de permisos de construcción en municipios están muy ralentizados y eso se refleja en todos los indicadores del sector”, explicó.
Insumos, empleo y reactivación limitada
Según Fernández, la venta de insumos para la construcción creció un 14% en junio, pero se trata de un dato “caprichoso”, con subas y bajas que no permiten identificar una tendencia clara. Parte de ese incremento se explicaría por los sectores de minería, petróleo y servicios energéticos.
El dato más preocupante es el del empleo. El presidente de la entidad explicó que, según el IERIC, se perdieron 130.000 puestos formales directos en el sector de la construcción desde el inicio del ajuste macroeconómico. Aunque hubo una leve recuperación de unos 10.000 puestos, la caída sigue siendo muy significativa.
“La construcción es madre de industrias: genera empleo en sectores como aluminio, madera, hierro y vidrio. Si no se reactiva, el efecto se siente en toda la cadena productiva”, concluyó.
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