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José Fernández: “El metro cuadrado sigue caro, pero se acomodó a valores más normales”

El dirigente asegura que la estabilización de costos genera un leve optimismo en la construcción privada.

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En diálogo con Canal E, José Antonio Fernández, presidente de la Confederación de Pymes Constructoras, explicó el frágil equilibrio entre la incipiente recuperación de la obra privada y el freno generalizado en la inversión pública.

El sector de la construcción muestra signos muy moderados de recuperación, acompañando el dato nacional que indica un crecimiento del 8% interanual. Sin embargo, para Fernández, la foto completa está lejos de ser optimista. El titular de la Confederación de Pymes Constructoras advierte que la actividad continúa partida en dos: una obra pública que se desacelera y una obra privada que apenas insinúa movimiento.

Fernández aclara desde el inicio que la lectura debe dividirse claramente entre segmentos. En cuanto al sector estatal, marcó preocupación por el desplome en los ingresos de provincias y municipios. Según explicó, estas jurisdicciones habían intentado reemplazar la obra pública nacional paralizada desde el cambio de gobierno, pero ahora ese esfuerzo se volvió insostenible. “La caída en las recaudaciones de las coparticipaciones federales deja una incertidumbre para el año 2026", afirmó.

Obra pública frenada y perspectiva de corto plazo

El dirigente remarcó que la ralentización es evidente: “Se está cumpliendo con los resultados, pero con un ritmo de obra más disminuido”. Y añadió que la baja recaudatoria golpea de manera directa a la inversión provincial y municipal, porque los gobiernos locales priorizan salarios y gastos corrientes.

En este contexto, no prevé una reactivación inmediata: “En el corto e inmediato plazo esa reactivación no se ve”. A su juicio, la inversión pública volverá por necesidad estructural, ya que ningún país desarrollado crece sin infraestructura, pero el retorno será lento y condicionado por las cuentas fiscales.

Fernández detalló además que las provincias han registrado caídas de recaudación de entre 20% y 24% en los últimos meses, lo que repercute directamente en la continuidad de las obras ya iniciadas. “Es sentido común”, explicó, señalando que la obra pública es, por definición, la variable de ajuste cuando los recursos disminuyen.

Leve reanimación en la obra privada

La construcción privada, en cambio, muestra un leve repunte, impulsada por desarrolladores que apuestan al mediano plazo pese a la ausencia de crédito hipotecario. Fernández lo describe como un movimiento todavía tenue, pero constante. Señaló que la estabilización de algunos costos está ayudando al clima inversor: “El metro cuadrado sigue estando caro, pero ya no tan caro; se ha ido acomodando a valores más normales”.

El empresario subrayó que, a diferencia de la percepción general, el verdadero motor histórico del sector es la obra privada: “Siempre traccionó más la obra privada que la pública”, explicó, marcando que el 60% del movimiento en corralones proviene de pequeños compradores individuales y desarrolladores silenciosos que no suelen tener visibilidad mediática.

Logística, costos y desafíos futuros

Fernández coincidió con la preocupación por los altos costos logísticos, que en muchos casos superan el valor del producto transportado. Sostuvo que el deterioro de las rutas afecta la competitividad y genera una necesidad urgente de inversión. Aun así, plantea que la normalización del sector recién podrá consolidarse cuando regrese el financiamiento y la obra pública recupere volumen.