Según explicó la periodista Eugenia Muzio, de Perfil.com, el último relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) muestra que el consumo físico se redujo considerablemente, a pesar de tratarse de un mes históricamente fuerte por el Día del Padre y el cobro del medio aguinaldo.
Sin embargo, “hubo una caída mensual fuerte del 6,7% en ventas minoristas”, remarcó Muzio, quien también sostuvo que en parte el consumo se volcó a experiencias —como salidas o almuerzos— en lugar de productos físicos. A esto se suman nuevas tendencias de compra: los consumidores migran cada vez más al canal digital, donde los comercios pueden ofrecer mejores promociones.
Más tarjeta que efectivo: el aguinaldo no revirtió la tendencia
Aunque junio incluye el pago del aguinaldo —lo que en general impulsa el consumo—, las ventas no repuntaron como se esperaba. Según detalló la periodista, se registró un uso intensivo de tarjetas de crédito, muchas de las cuales ya alcanzaron sus topes de consumo.
Además, crece la morosidad: “el último informe del BCRA indica un aumento en el atraso en pagos de tarjetas y préstamos personales”, afirmó Muzio. En el caso de tarjetas, la mora alcanzó el 2%, mientras que los préstamos personales superan el 4,6%.
Más consumo en bienes durables, pero limitado a sectores altos
Una porción del gasto se dirigió a la compra de bienes durables como electrodomésticos y autos, muchos financiados en cuotas. Sin embargo, esto se explica por una segmentación clara: quienes acceden a este tipo de consumo suelen pertenecer a la clase media-alta.
“El ingreso disponible en los sectores más bajos cayó en promedio 12% en los últimos 15 meses, mientras que en los más altos cayó solo un 4%”, explicó Muzio. Es decir, la capacidad de compra es cada vez más desigual, y el grueso de la población no accede al financiamiento o bien ya tiene sus límites crediticios agotados.