En diálogo con Canal E, el economista Juan Sánchez analizó el rol del Fondo Monetario Internacional en la recuperación económica de Uruguay en 2002 y las diferencias clave con la situación actual de Argentina.
Una salida política: el caso de Uruguay y el rol de EE.UU.
“Siempre decimos que hay ciertos paralelismos, pero también muchas diferencias”, aclaró Sánchez al comparar las crisis de Uruguay y Argentina con sus respectivas relaciones con el Fondo Monetario Internacional. Remontándose a los años 2001-2002, explicó que la clave del rescate uruguayo no fue sólo técnica: “Hubo una solución política, no fue una solución que el Fondo quería”.
El economista relató que “Uruguay recibió apoyo directo del gobierno estadounidense” en un momento crítico, en parte gracias a la gestión personal entre el presidente Jorge Batlle y el entonces presidente George W. Bush. “Las versiones no oficiales dicen que los hermanos de ambos jugaron un papel clave en el contacto”, señaló, dando cuenta de una diplomacia informal pero decisiva.
Aunque el Fondo Monetario condicionó la ayuda, fue una orden política desde EE.UU. la que destrabó los desembolsos. Sánchez recordó que el respaldo llegó en forma inmediata: “Para ponerte la figura que nos gusta exagerar, vino un avión con 1.500 millones de dólares”, dijo con ironía, resaltando la contundencia del auxilio.
Crisis bancarias, medidas tardías y lecciones para Argentina
Sánchez sostuvo que la crisis uruguaya fue detonada por un cóctel regional: el efecto tequila, la crisis asiático-rusa y la devaluación brasileña de 1999. “Argentina nos impactó de lleno, estábamos muy conectados bancaria y financieramente”, advirtió.
Uno de los errores de Uruguay, según Sánchez, fue la lentitud para reaccionar: “Por un tema electoral demoraron mucho la respuesta, y eso agravó la situación”. A nivel interno, el economista participó como consultor en el Banco Central, desde donde se empezaron a desarrollar instrumentos que luego serían clave, como la unidad indexada y los fideicomisos. Pero también hubo negligencia: “Reaccionaron bastante tarde a las advertencias de problemas sistémicos”, cuestionó.
Consultado sobre cuánto debería recibir Argentina para replicar el auxilio uruguayo, Sánchez fue claro: “Para Uruguay fueron 1.500 millones, para Argentina eso equivaldría hoy a 25.000 o 30.000 millones de dólares”, estimó. Sin embargo, advirtió que “Argentina va a seguir con problemas, porque tiene que tomar muchas medidas profundas”.
Como cierre, lanzó una advertencia política que invita a la reflexión: “Ajustás mucho y terminás con un populismo en el gobierno”, una referencia a lo ocurrido en Uruguay cuando la austeridad fiscal exacerbada dejó el camino libre para el Frente Amplio. “Incluso economistas ortodoxos reconocen hoy que hay que tener flexibilidad en política económica”, concluyó.