El periodista especializado en agro, Luis Machado, explicó en diálogo con Canal E que según datos del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA), en agosto se registró una caída del 6,3% interanual en las ventas de lácteos. Sin embargo, este retroceso se compara con un mismo mes del año pasado que había mostrado una fuerte recuperación, luego de un inicio difícil.
“En el acumulado de enero a agosto, las ventas siguen un 8,5% arriba respecto del mismo período de 2023, aunque en julio y agosto hubo una desaceleración en esa recuperación”, detalló.
El consumo, el verdadero problema
El especialista aclaró que el problema no está en la industria sino en la demanda: “Siempre los más afectados son los productos con mayor valor agregado y precio, como yogures, postres y flanes, que no se recuperan al mismo ritmo que la leche fluida o en polvo”.
Según Machado, estos productos básicos mantienen un consumo más estable, mientras que los derivados más costosos son los primeros en resentirse cuando cae el poder adquisitivo.
Producción en alza, consumo estancado
Pese a la baja puntual, el año proyecta una gran producción de leche. El desafío es que, sin una mejora en el consumo interno y sin competitividad para exportar, la abundancia de producción puede convertirse en un problema. “Si se resiente el consumo, el sector no es competitivo para exportar y ahí sí la producción va a enfrentar un problema serio”, advirtió.
Los precios se mantienen firmes
Consultado sobre la evolución de los precios, Machado indicó que no hubo bajas en los lácteos. “Se van recomponiendo mes a mes, pero lo hacen a un ritmo distinto al de los salarios”, explicó. De esta manera, mientras la industria busca sostener márgenes, los consumidores ven cada vez más difícil acceder a productos con valor agregado.