En diálogo con Canal E, el economista Martín Simonetta advirtió que el acuerdo con Estados Unidos no es un préstamo tradicional y trae consigo fuertes condiciones políticas y fiscales.
Exigencias más duras que el FMI
"Estados Unidos no es el Fondo Monetario, es un préstamo de Estados Unidos —entre comillas—, pero técnicamente es un préstamo", remarcó Simonetta, y explicó que este dinero implica un nivel de exigencia muy distinto al de los organismos multilaterales: “El control ciudadano respecto de la plata de los norteamericanos es muy fuerte y por eso la presión es mucho mayor”.
El economista destacó que este acuerdo, presentado como un swap, generó tensiones incluso dentro de Estados Unidos. “Se preguntan por qué esta plata va para la Argentina y no para el plomero y el carpintero americano”, graficó. Según Simonetta, la presión interna forzó al gobierno estadounidense a aclarar que no se trata de un préstamo tradicional.
En ese sentido, también alertó sobre el impacto local: “Esto está haciendo que desde el gobierno se esté pensando qué hacer, si aceptarlo o no, aunque no hay mucho margen para decir que no”. El costo político interno en EE.UU. y las duras condiciones asociadas hacen que este posible apoyo financiero venga atado a reformas fiscales profundas y decisiones políticas de alto riesgo.
Riesgos de dependencia estratégica
Uno de los puntos más relevantes que planteó Simonetta fue el conflicto geopolítico de fondo: la presión norteamericana para que Argentina se aleje de China. “Una de las cosas que Estados Unidos está pidiendo es que Argentina se aleje del vínculo con China”, dijo. Pero advirtió que esta exigencia no es menor: “China es nuestro segundo destino de exportaciones, segundo país de origen de importaciones, y además nos ha prestado el swap”.
En este contexto, cuestionó la posible sustitución del swap chino por fondos norteamericanos: “¿En qué medida el préstamo americano sustituiría el swap? No es swap por swap. ¿Sería plata nueva o cambiar deuda por deuda?”.
Simonetta hizo referencia al concepto de “realismo periférico” de Carlos Escudé, señalando que históricamente Argentina ha intentado no concentrar su dependencia en un solo actor global. “Acá hay presión para poner todos los huevos en una canasta, y bueno, es un alto riesgo”, alertó.
Por otro lado, remarcó el papel clave de las elecciones y su efecto en los mercados: “Argentina necesita renovar deuda para seguir funcionando. Las luces amarillas están prendidas: riesgo país, dólar, incertidumbre electoral...”. Mencionó que el control del tipo de cambio actual no es sostenible y podría generar impactos fuertes, recordando: “Cuando se liberó el tipo de cambio en la época de Cavallo, se duplicó”.
Para cerrar, Simonetta dejó una reflexión que resume el cambio de escenario: “Sin duda este préstamo —este swap— va a tener implicancias políticas muy distintas a los préstamos mucho más laxos del Fondo Monetario”.