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Miguel Ponce: “El riesgo no es que la inteligencia artificial no sirva, sino haber invertido demasiado antes de tiempo”

El especialista en comercio exterior analiza la fiebre de la IA y advierte sobre los riesgos de una inversión excesiva y prematura.

Miguel Ponce
Miguel Ponce, especialista en Comercio Exterior | X

En diálogo con Canal E, Miguel Ponce, especialista en comercio exterior, explicó por qué el boom de la inteligencia artificial despierta temores de una nueva burbuja financiera global.

La historia económica suele repetirse cuando la euforia le gana a la prudencia. Así lo advierte Ponce al analizar el creciente entusiasmo de los mercados por la inteligencia artificial (IA), un fenómeno que recuerda peligrosamente a la burbuja de las punto com de fines de los años noventa.

No fue una historia de fracaso, sino de exceso: el mercado pagaba por adelantado un futuro que iba a tardar décadas en llegar”, señaló, al evocar aquel episodio que dejó “un tendal” de inversores golpeados tras el estallido.

Ponce explicó que el temor actual surge de comparaciones concretas. “Las acciones estadounidenses hoy están tan caras como en la burbuja de las punto com”, afirmó, y agregó que la lógica es similar: los inversores apuestan a que una nueva tecnología dispare beneficios extraordinarios. “Si ese crecimiento llega, se justifica el precio; pero si no llega, el ajuste va a ser inevitable”, advirtió.

La lección del pasado y el espejo de la IA

El especialista recordó el caso de Cisco, la empresa más valiosa del mundo en el año 2000. “Veinticinco años después, la acción volvió al mismo nivel que tenía entonces”, indicó, subrayando que el problema no fue la tecnología, sino el momento y la magnitud de la apuesta. “Una acción puede parecer cara durante muchos años si se compra en el momento de mayor euforia”, resumió.

Según Ponce, hoy ocurre algo similar con la inteligencia artificial. “La IA impresiona a todos, pero todavía se vende por debajo de sus costos y genera pérdidas en muchas compañías”, explicó. Aunque existen ingresos, “todavía no son beneficios para los accionistas”, lo que alimenta la incertidumbre. El paralelismo con los años noventa es claro: “Antes se hablaba de internet antes de que los modelos de negocio funcionaran; hoy pasa lo mismo con la IA”.

Inversión récord, ganadores y un riesgo clave

Uno de los puntos más sensibles es la velocidad y el volumen de la inversión. “Estamos hablando de billones de dólares en muy poco tiempo, financiados en parte con deuda”, alertó Ponce. Esta ola de gasto, centrada en centros de datos y chips, ya impulsa el crecimiento económico de países como Estados Unidos. “El riesgo no es que la inteligencia artificial no sirva, sino haber invertido demasiado antes de tiempo”, remarcó.

Como en toda revolución tecnológica, hay ganadores claros. “Los primeros en ganar siempre son los proveedores”, sostuvo, y comparó a la Cisco de ayer con “Nvidia y los fabricantes de chips de hoy”, cuyos ingresos disparan la euforia bursátil. Sin embargo, también habrá perdedores: aplicaciones y empresas que no logren sostenerse en un escenario de alta competencia y costos crecientes.

La pregunta central, concluyó Ponce, define el futuro del mercado: “Todo se reduce a si la inteligencia artificial va a generar la productividad y los beneficios que hoy esperan los que timbean en bolsa”. Si no ocurre, el desenlace será similar al de la burbuja punto com. “Acá lo importante es el que puede esperar”, sentenció.