El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, propuso oficialmente al expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, como candidato al Premio Nobel de la Paz, cuya entrega está prevista para el 10 de octubre de este año. La iniciativa se suma a la propuesta previa realizada por el presidente de Pakistán, en medio de crecientes tensiones geopolíticas.
En diálogo con Canal E, la analista internacional Fernanda Cornejo aseguró que la justificación del mandatario israelí se basa en los “esfuerzos de Trump por lograr la paz” en diversos frentes internacionales. Entre ellos, se menciona su rol en contener un posible conflicto nuclear entre India y Pakistán y su reciente accionar en Medio Oriente, particularmente entre Irán e Israel.
Los antecedentes históricos que habilitan esta candidatura
Cornejo recordó que no sería la primera vez que el Premio Nobel de la Paz recae en figuras controversiales. En 1973, Henry Kissinger lo recibió pese a su implicación en la Operación Cóndor. En 2009, Barack Obama fue galardonado mientras se mantenían activos los conflictos en Afganistán e Irak.
Desde esta perspectiva, la postulación de Trump no sería anómala dentro del historial del premio, aunque sin duda sigue siendo polémica, especialmente teniendo en cuenta su decisión de atacar bases iraníes recientemente, lo que reavivó la posibilidad de una escalada bélica en la región.
Las causas judiciales de Netanyahu y su visita a EE.UU.
Netanyahu, quien enfrenta acusaciones en la Corte Penal Internacional por violaciones a los derechos humanos, viajó a Estados Unidos para reunirse con Trump y otros líderes. Según explicó Cornejo, Estados Unidos no reconoce la jurisdicción de la CPI, por lo que el líder israelí no corre peligro de ser detenido allí. Sin embargo, su traslado implica riesgos legales si pisa territorio de otros países.
¿Quiénes más están en carrera por el Nobel?
La elección del Nobel suele reflejar el clima geopolítico del momento. En años anteriores fueron reconocidos activistas rusos, líderes humanitarios ucranianos y figuras de la sociedad civil. También hubo casos donde se premió a representantes de países enfrentados —como India y Pakistán— en pos de promover la reconciliación simbólica.
Sobre el Papa Francisco, se consultó si podría ser premiado post mortem. Aunque la fundación Nobel tiene limitaciones al respecto, existen menciones honoríficas o compartidas que podrían alcanzar ese objetivo simbólico.
El relato de Trump como pacificador
Para Cornejo, la candidatura también refuerza el relato de Donald Trump como líder pacifista, una narrativa que impulsa desde su campaña electoral. Sin embargo, las acciones concretas del exmandatario —como frenar financiamiento a Ucrania o presionar militarmente a Irán— muestran una línea ambigua entre diplomacia y confrontación.
¿Merece Trump el Nobel de la Paz?
El debate sigue abierto. Para algunos, la destrucción de instalaciones donde se enriquecía uranio en Irán evitó una guerra nuclear. Para otros, fue una provocación sin pruebas suficientes. ¿Puede alguien involucrado en conflictos ser premiado por promover la paz? La historia del Nobel parece decir que sí.