En diálogo con Canal E, el economista Pablo Ferrari sostuvo que el respaldo de Estados Unidos a Argentina responde a una estrategia geopolítica global y no a un apoyo directo a Javier Milei.
El apoyo de EE.UU. está atado a una devaluación y a concesiones estratégicas
“No solo no va a evitar la devaluación, sino que la ayuda potencial está sujeta a una devaluación”, afirmó Ferrari, marcando que el auxilio financiero prometido por EE.UU. no será gratis ni inmediato. Según explicó, el mercado ya percibe la debilidad del acuerdo: “Estamos en una situación shakesperiana de mucho ruido y pocas nueces”, dijo, explicando por qué caen bonos y suben los tipos de cambio.
En este contexto, el economista advirtió que el respaldo de Donald Trump no es desinteresado. “No sería un favor a Javier Milei ni a la Argentina, sería casi una inversión para condicionar geopolíticamente a las instituciones argentinas para recursos estratégicos”, explicó.
Entre esos recursos, Ferrari señaló la importancia de las tierras raras y la energía para el desarrollo tecnológico global: “Esto es exactamente lo mismo que en la Primera Guerra Mundial: una pelea por recursos naturales”, aseguró.
Milei, ¿aliado geopolítico o peón estratégico?
Respecto del vínculo personal entre los presidentes, Ferrari fue tajante: “Milei se siente cobijado por Trump, para él eso es la Meca”. A su juicio, el gobierno argentino busca mostrarse como “el 51º estado norteamericano”, aprovechando el entusiasmo del presidente republicano por tener un aliado ideológico en la región.
Sin embargo, advirtió que el entusiasmo de Estados Unidos tiene un límite claro: “Las licitaciones son para nosotros”, dijo citando fuentes oficiales y periodistas especializados. A cambio de dólares, Estados Unidos exige condiciones en áreas clave como energía, minería y tecnología, incluso a riesgo de generar tensiones internas en el propio oficialismo y en sectores económicos que inicialmente respaldaron a Milei.
“Incluso grupos como Techint o Clarín que lo apoyaron, ahora están viendo que esto los deja fuera de la cancha”, advirtió, anticipando un conflicto entre el gobierno y el empresariado local. Y remató: “Tu preocupación, que es también la mía y la de millones de argentinos, no entra dentro de los objetivos del gobierno”.
Por último, explicó que la política económica actual no apunta a mejorar la situación social o el consumo: “Me parece que dentro de los objetivos del gobierno no está la mejora del bolsillo de la gente, sino ser lo más funcional posible al gobierno de Donald Trump”, concluyó.