La propuesta para reducir la cantidad de carga horaria en la jornada laboral consiste en pasar de 8 a 6 horas. A pesar de la incredulidad de la sociedad en que pueda aprobarse, la temática sigue siendo tratada en el Congreso. Para hablar sobre la posibilidad de que se lleve a cabo y las trabas que lo impedirían, Canal E se comunicó con el abogado constitucionalista, Juan Pablo Godoy Velez quien expresó que, “siempre es posible discutir todo”.
El principal obstáculo
Para Godoy Vélez, lo que sucede en el país es que hay un alto grado de informalidad en el empleo y el principal obstáculo para pensar en el grado de acatamiento que puede llegar a tener.
El país con jornada laboral más extensa
Según el abogado, a nivel mundial la jornada laboral está reducida muy por debajo de la que hay en Argentina. “En nuestro país tenemos 8 horas diarias y 48 semanales y en general a nivel mundial oscila entre 30 y 40 horas semanales. Esto demuestra una diferencia muy grande”, agregó.
“En América Latina tenemos la jornada más extensa de toda América Latina”, sostuvo Godoy Vélez. Y continuó: “En la mayoría de los trabajos se paga por hora trabajada y no por día, entonces el proyecto, en principio, mantendría el valor de los sueldos”.
La productividad con menos horas de trabajo
Para el entrevistado, está comprobado que en todos los lugares donde se implementó la reducción de la jornada laboral, “la productividad aumentó muchísimo porque la gente no tiene que esperar el horario de salida y hace lo que tiene que hacer y se va”.
“En trabajos de comercio o en la gastronomía, que tienen que cubrir franjas horarias más grandes, los trabajadores se desempeñan durante 12 horas, a pesar de que la jornada es de ocho y eso se podría cubrir perfectamente con dos jornadas de seis horas”, explicó Godoy Vélez.
Cómo lograr la reducción de la jornada laboral
Con respecto a la forma de lograr la reducción de la jornada laboral, el abogado explicó que existen dos maneras. “Una de ellas es tratar de buscar consensos y lograr, desde ahí, la aceptación de una nueva norma o tratar de imponer la aceptación a través de controles y sanciones”, añadió. Y continuó: “En nuestro país, es hora de entender que ese camino no es el más apropiado”.
Para finalizar, expresó: “El consenso hay que buscarlo con el empresario, que es quien en definitiva va a tener que aplicar en su gran mayoría esta ley”.