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Rodriguez Saráchaga: “Lo que cambió el país de agosto a noviembre es una montaña rusa absoluta”

El analista político José María Rodríguez se refirió al nuevo mapa del Congreso y anticipó el escenario legislativo que enfrentará el Gobierno.

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En conversación con Canal E, José María Rodríguez Saráchaga, analista de discursos políticos, evaluó el impacto del recambio parlamentario y explicó cómo podría influir en la aprobación de las próximas reformas.

Un Congreso más favorable, pero sin certezas absolutas

Rodríguez Saráchaga sostuvo que los resultados electorales modificaron drásticamente el panorama político: “Los números quedan claramente mejorando para el lado del gobierno”, afirmó, al remarcar que la coalición oficialista quedó “a dos o tres bancas de ser primera minoría”.

El analista advirtió que la dinámica argentina cambia de forma vertiginosa, incluso para quienes siguen la política hace décadas: “Lo que cambió el país de agosto a noviembre es una montaña rusa absoluta”. Recordó que muchos especialistas daban por perdida la elección para el Gobierno, pero octubre terminó desmintiendo todos los pronósticos.

Según explicó, la clave es evitar los análisis cortoplacistas: “Vean la película larga, porque las películas largas mantienen la lógica”. Y comparó la política con el fútbol: puede haber resultados sorpresivos en el día a día, pero en el largo plazo “termina imponiéndose la coherencia estructural”.

Rodríguez Saráchaga también contextualizó que triunfos en elecciones de medio término no garantizan continuidad: “A De la Rúa y Macri les pasó lo mismo”, señaló, subrayando que ganar una legislativa no asegura el 2027.

Negociación, reformas y el debate por los aportes sindicales

Consultado sobre si el Gobierno podrá aprobar la ley tributaria y la reforma laboral con la nueva composición del Congreso, respondió que tiene más chances que con la Ley Bases, aunque no necesariamente logrará que se apruebe “tal cual la enviaron”.

Explicó que toda negociación implica jugar con un máximo, un mínimo y un acuerdo posible: “Hay expectativas de máxima infladas para después cerrar en el núcleo duro que realmente quieren aprobar”. Incluso recordó el antecedente de Alfonsín, quien terminó aceptando puntos que los sindicatos presentaban solo para ser rechazados.

Respecto a la reforma laboral y los aportes sindicales obligatorios, fue tajante: “Es una aberración que sucede, una locura que exista en un país que te obliguen a aportar a algo que no querés”.

Cuestionó tanto la falta de servicios útiles de muchos sindicatos como el hecho de que trabajadores monotributistas queden atados a obras sociales que no eligen: “Vos no podías sacar esa plata y usarla para tu prepaga; era un laberinto administrativo”.

Además, destacó que los trabajadores en blanco representan una porción mínima del mercado laboral argentino, mientras que la mayoría trabaja en negro o como prestadores independientes. Por eso, consideró que los sistemas de aportes actuales no reflejan la realidad laboral.