En una nueva escalada de su política anti-inmigratoria, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que comenzará a revisar las redes sociales de los estudiantes extranjeros que soliciten visas para ingresar al país, especialmente aquellos que apliquen al visado F-1. La medida, que incluye la inspección de publicaciones en plataformas como X (ex Twitter), generó críticas por vulnerar la privacidad y limitar la libertad de expresión.
“Esta es una declaración muy compleja, porque amenaza a quienes aplican a una visa de estudio con que se les niegue el ingreso por haber expresado opiniones políticas contrarias a Trump”, explicó Fernanda Cornejo, politóloga y analista internacional, en diálogo con Canal E.
Trump endurece su posición con Medio Oriente
Según detalló Cornejo, la política de vigilancia se enmarca en una estrategia más amplia: “Donald Trump ya había segmentado la política migratoria con redadas y expulsiones. Ahora, apunta a restringir el acceso de estudiantes provenientes de 16 países no tolerados y otros seis con restricciones específicas, muchos de ellos de Medio Oriente”.
En ese contexto, la actual tensión entre Israel e Irán también influye en las decisiones del mandatario republicano. Tras un pedido directo del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para que Estados Unidos ataque a Irán en 24 a 48 horas, Trump optó por extender el plazo a dos semanas. “Está jugando a ganar tiempo, pero ya dejó en claro que conoce los planes de Israel y puso freno a la posibilidad de asesinar al ayatolá iraní”, comentó Cornejo.
Netanyahu sin margen de maniobra
Consultada sobre el rol de Netanyahu, Cornejo fue tajante: “No tiene condiciones para retroceder. Si da un paso atrás en Gaza o Irán, pone en riesgo su continuidad como primer ministro, que ya está fuertemente cuestionada a nivel internacional”. Además, recordó que Netanyahu enfrenta órdenes de captura por parte de la Corte Penal Internacional y otros tribunales por presuntos crímenes de lesa humanidad.
Poderío nuclear oculto y riesgos globales
Sobre el riesgo de una escalada nuclear, la analista explicó que Israel posee armas atómicas no declaradas, lo que eleva la incertidumbre. “Es un hecho conocido que Israel tiene bombas nucleares, pero no se sabe cuántas. En cambio, sí se sabe que Irán tiene el uranio necesario para al menos nueve bombas, aunque no están operativas”, señaló Cornejo.
Finalmente, la experta advirtió que aún falta ver qué rol jugará Rusia, que tenía previsto instalar centrales nucleares en Irán, un proyecto que, dada la coyuntura, probablemente quede sin efecto.