Las adicciones y el consumo de sustancias lícitas e ilícitas constituyen un problema que ya se ha instalado en la sociedad. De acuerdo con una encuesta realizada por la Subsecretaría de Adicciones del Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires, en el primer semestre de 2013 iniciaron tratamiento en alguno de los 192 Centros de Prevención y Atención a las Adicciones (CPA) 16 mil personas. De ellas, el 43% identificó la marihuana como sustancia de inicio, aunque en el 30% de los casos la cocaína fue el disparador para el pedido de ayuda.
Sin embargo, el dato más llamativo del relevamiento surge al comparar las cifras con el año anterior: durante el primer semestre de 2012 se atendieron cerca de 6 mil personas, lo que implica que la cifra prácticamente se triplicó en un año. Los especialistas dicen que la suba no se debe necesariamente al aumento del consumo sino a una política de “puertas abiertas”.
“El incremento se debe a la profundización de la política de salir a buscar a quien necesita ayuda. Esto se materializa en la disposición de los CPA en lugares como iglesias, clubes de barrio y centros de fomento. El objetivo es correrse del modelo estático, pero sobre todo evitar la estigmatización y criminalización de quien consume”, comentó a PERFIL Carlos Sanguinetti, subsecretario de Salud Mental y Atención a las Adicciones. “La idea es acercarle a quien lo necesita un equipo conformado por psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales y operadores terapéuticos, pero también voluntarios como pacientes recuperados o deportistas”, agregó Sanguinetti.
Ellos evalúan cada caso, el grado de abuso y las sustancias en cuestión para decidir si es necesaria la internación. En caso de que no lo sea, el tratamiento se desarrolla con charlas, talleres, reuniones de grupo y convocatorias al grupo familiar. En todas las situaciones, los pacientes reciben seguimiento. Además de los 192 CPA, el Ministerio de Salud bonaerense cuenta con siete comunidades terapéuticas con 196 camas de internación para casos severos.
Policonsumo. Para conocer un poco más qué pasa en la Ciudad de Buenos Aires, PERFIL consultó a Carlos Damin, jefe de Toxicología del Hospital Fernández y profesor de Toxicología en la Facultad de Medicina de la UBA. “Dado que hacemos nuestras estadísticas a fin de año, aún no podemos saber qué pasó en 2013. No obstante, detectamos que el número de personas que concurren a la guardia por adicciones está en alza. En 2011 recibimos 2.100 y en 2012 atendimos 2.202 pacientes, de los cuales el 66% ingresó con un cuadro grave por abuso de sustancias psicoactivas”, afirmó Damin.
Entre las ilegales, en la Ciudad de Buenos Aires la cocaína y el paco se llevan los primeros puestos; aunque lo que más preocupa es el policonsumo. En el relevamiento realizado por el Ministerio de Salud bonaerense, seis de cada diez pacientes evidenció policonsumo, es decir que se consume más de una droga. Por lo general se trata de una sustancia principal y una secundaria, por ejemplo alcohol con cocaína o mayormente cocaína secundada, en ocasiones, por marihuana. Para Eduardo Kalina, profesor titular del Posgrado en Adicciones de la Universidad del Salvador, el problema radica en que el alcohol “es legal, popular y está muy favorecido por la publicidad”.
En cuanto a las edades de inicio, para la encuesta bonaerense los adolescentes –en su mayoría varones– comienzan a consumir a los 14 años. Por su parte, Damin consideró que a medida que la edad avanza la relación hombre-mujer se equipara. “De los pacientes recibidos en 2012, 362 tenían entre 16 y 20 años, y la mayoría eran varones. Sin embargo, al tomar la franja que va de los 30 a los 40 años, la brecha entre sexos se acorta”, concluyó el experto en adicciones.