Hasta ahora, los forenses investigaban las causas de una muerte haciendo observaciones y disecciones de cadáveres con bisturíes y técnicas similares a las que ya se usaban en el Renacimiento. Pero, en la actualidad, gracias a la tecnología, la disciplina está viviendo una verdadera revolución. Es que –al mejor estilo de las series CSI o Bones– la especialidad está comenzando a modernizarse gracias a las autopsias virtuales. De hecho, en Inglaterra se acaba de abrir la primera sala de Europa dedicada a realizar únicamente disecciones digitales.
El concepto de “virtopsia” nació hace algo más de una década en el Instituto de Medicina Forense de la Universidad de Berna, en Suiza. Su principio básico es recurrir a imágenes del cuerpo humano generadas por medio de equipos de tomografía computada, resonancia magnética y escáneres 3D. Esta información –integrada por medio de un software especial– le permite al forense hacer una disección digital y contar con muchos de los elementos necesarios para descubrir el proceso y las causas que llevaron a la muerte de una persona, sin tener que realizar ningún corte sobre el cuerpo ni mancharse de sangre.
Inspirándose en la tecnología suiza y utilizando como base experimentos médicos militares de EE.UU. e Israel, hoy la delantera en este campo la lleva una compañía de Malasia: iGene. La empresa consiguió abrir en 2010 el primer servicio de autopsias digitales, que funciona en una sala de la morgue del Hospital General de Kuala Lumpur. Gracias al éxito en Asia, Matt Chandrán, el responsable del software para realizar autopsias virtuales, firmó un contrato en Inglaterra por US$ 5 millones y abrió la primera sala operativa de Europa. Chandrán espera tener para fines de 2015 una red de 18 salas similares funcionando en las principales ciudades inglesas y que el sistema se replique en EE.UU. y América latina.
Herramienta. “La autopsia virtual, más que una alternativa para la tradicional, me parece un buen complemento. Estadísticamente, en la modalidad virtual se puede detectar alrededor del 75% de las causas de muerte, mientras que con el procedimiento tradicional este porcentaje llega casi al 100%”, le explicó a PERFIL Francisco Famá, director de la Carrera de Especialista en Medicina Legal en la Universidad Nacional de San Martín. Famá destacó los aspectos positivos del método: “creo que sus dos grandes ventajas son que el cuerpo queda inalterado y, además, que permite detectar la existencia de pequeñas fracturas que podrían pasar inadvertidas en una autopsia tradicional”.
De la misma forma opinó el reconocido perito forense Mariano Castex: “Me parece que estas herramientas digitales son un avance tecnológico brutal. Pero es una opción que, todavía, necesita de un profesional forense capaz de interpretar esas imágenes”. Justamente, en el análisis de los datos parece estar la clave de esta alternativa. “Incluso con las imágenes médicas en 3D hay que tener cuidado en cuanto a los márgenes de error interpretativos que pueda tener el profesional que las analiza”, advirtió Castex. El especialista señaló que “en general, siempre las nuevas tecnologías son resistidas e impugnadas” y recordó que ya hace varios años los técnicos del Cuerpo de Peritos de la Corte Suprema argentina recurren a imágenes de rayos X para realizar estudios forenses.
Aunque la gran barrera para la adopción masiva de esta tecnología parece ser su alto costo (hasta US$ 700 por autopsia), las “virtopsias” prometen algunos beneficios únicos. “Pueden ser una alternativa muy útil cuando por razones de conservación, sea histórica o de índole religiosa, es necesario realizar el estudio de un organismo en forma no invasiva”, detalló Famá. De hecho, se han utilizado estos ensayos para examinar restos recuperados de antiguas tumbas egipcias y en el volcán Llullaillaco, en Salta, para poder analizar con detalle a las momias incas.