CIENCIA
proyecto internacional estampa

Argentina participa de un estudio de la OMS para prevenir el cáncer cervical

Expertos del Instituto Malbrán y del Hospital Posadas analizarán la tecnología disponible para hallar la mejor estrategia de detección. Participarán 5 mil mujeres de 30 a 64 años.

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Equipo. Juan Mural, del Hospital Posadas, y Alejandra Picconi, del Instituto Malbrán, trabajan en conjunto con el IARC de Francia. | Juan Obregón
Cada año se diagnostican en la Argentina 5 mil casos de cáncer de cuello de útero y 1.800 mujeres mueren por esta causa. La incidencia de este tipo de tumor aún continúa siendo alta en el país y en la región. Para estudiar la implementación de nuevas tecnologías para la prevención del cáncer de cuello de útero en América Latina, la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC), que pertenece a la Organización Mundial de la Salud (OMS), lanzó el proyecto internacional Estampa.

De este estudio participan varios centros argentinos: el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas Carlos Malbrán, el Hospital Posadas, el Hospital de Clínicas y el Instituto Nacional del Cáncer. “Es un estudio multidisciplinario que involucra a médicos y ginecólogos, patólogos, virólogos, epidemiólogos y también asistentes sociales y sociólogos que han dado el respaldo para la parte comunicacional y de organización del reclutamiento de las pacientes y el proceso de consentimiento informado”, explicó Alejandra Picconi, jefa del Servicio de Virus Oncogénicos del Malbrán.

De la investigación participarán más de 50 mil mujeres de varios países de Latinoamérica. “Nuestro grupo tiene que reclutar 5 mil. Empezamos a fines de enero y ya llevamos 700 mujeres. Deben ser de la región sanitaria VII, tener entre 30 a 64 años y no haber sido tratadas con anterioridad por cáncer de cuello de útero”, manifestó Juan Mural, a cargo del Servicio de Ginecología del Posadas.

A las mujeres que participen se les realizará un examen ginecológico y se les tomarán muestras del cuello uterino de manera similar a lo que se hace para el examen de Papanicolaou (Pap). Pero a esas muestras se les realizará un procedimiento de biología molecular para detectar el genoma del virus del papiloma humano (VPH).

“El Pap es un análisis al microscopio que requiere que el citólogo tenga un buen ojo y, además, que el preparado sea el adecuado. En el mejor de los casos, la sensibilidad de esta prueba puede llegar al 70%. En cambio, las nuevas tecnologías para detectar el virus a través del genoma son altamente sensibles”, aseguró Picconi.

“Con el Pap, sobre diez mujeres que tengan cáncer, solamente se van a detectar seis. Cuatro van a ser falsos negativos. El hecho de aplicar biología molecular a este proceso determina que aumente la sensibilidad en un 35%”, agregó Mural.

A todas las pacientes que tengan un resultado positivo de VPH se les realizarán  pruebas complementarias (colposcopia, biopsia, etc.) para ver si desarrollaron la enfermedad. En el caso de detectar una patología, se les da el tratamiento adecuado.

El objetivo del estudio es identificar cuáles mujeres de las que tienen una infección por virus del papiloma humano (VPH) se encuentran en riesgo de desarrollar cáncer cervicouterino y, de esta manera, encontrar las mejores estrategias para prevenir la enfermedad.