Tradicionalmente, el tratamiento del VIH constaba de tres drogas. Pero, gracias a los resultados alentadores de un ensayo clínico argentino, este esquema pronto podría cambiar. Investigadores de la Fundación Huésped presentaron ayer en el marco del 14º Congreso Europeo de VIH/Sida las conclusiones del estudio Gardel, que demostró que usando dos drogas se puede obtener resultados similares al enfoque de tres drogas, lo que permite tener una opción terapéutica más simple, económica y con menos efectos adversos para los pacientes.
“Actualmente hay buenos tratamientos para el VIH, pero necesitamos que sean más amigables para los pacientes y que les permitan tener una mejor tolerancia con menor riesgo de efectos adversos. Por eso estuvimos ensayando un esquema con dos drogas en lugar de tres”, dijo a PERFIL desde Bruselas Pedro Cahn, director de la Fundación Huésped y quien dirigió la investigación.
De esta forma nació el estudio multicéntrico internacional Gardel, que reclutó a 535 pacientes de 27 centros de Argentina, España, Estados Unidos, Chile, México y Perú. El trabajo comparó la respuesta en dos grupos de pacientes que antes no habían recibido tratamiento: una rama tomó la combinación de terapia triple standard y la otra la combinación de lopinavir/ritonavir y lamivudina. El 88,3% de los pacientes tratados con la novedosa estrategia logró llevar su carga viral a niveles indetectables, contra el 83,7% de la terapia tradicional. Asimismo, la recuperación de las células CD4 del sistema inmunológico fue similar entre los dos grupos.
“A 48 semanas de seguimiento, pudimos demostrar que una estrategia de dos drogas es similar en su resultado al tratamiento con tres drogas. No decimos con esto que hemos revolucionado el tratamiento antiviral, sino que existe una nueva opción terapéutica que hasta el momento no estaba demostrado que pudiera funcionar”, sostuvo Cahn, quien también se desempeña como jefe de Infectología del Hospital Fernández.
Ventajas. Para el experto, esta alternativa de tratamiento presenta numerosas ventajas: por un lado, reduce los costos, lo que puede implicar sumas importantes a la salud pública; y por el otro, logra reducir la toxicidad del tratamiento actual porque son menos drogas, y las que se utilizan tienen menos efectos secundarios.
“El estudio se denomina Gardel, que es un acrónimo en el que cada letra es de una palabra que explica la estrategia del estudio, pero que además va a permitir que se reconozca que es de origen argentino”, dijo Cahn, quien remarcó que la investigación internacional fue diseñada y dirigida por la Fundación.
“Por supuesto que ésta es la primera investigación que se presenta en este sentido, con lo cual falta recorrer un largo camino que incluirá la realización de otras pruebas para que esto se establezca como ‘el tratamiento recomendado’, si es que pasa; por el momento, lo que sí podemos afirmar es que se trata de una alternativa segura”, concluyó. En la Argentina, 120 mil personas viven con VIH. Cada año fallecen por sida cerca de 5.400 pacientes.