La aprobación en Inglaterra de una nueva técnica de reproducción asistida que utiliza el ADN de tres personas con el fin de evitar la transmisión de enfermedades neurogenerativas generó fuerte polémica en todo el mundo y también en la Argentina, donde padres con hijos que sufren este tipo de patologías llamaron a debatir el tema para que el procedimiento, aún experimental, sea autorizado en el país.
“Celebramos este avance científico, que dará la posibilidad a muchas familias de tener niños sanos pero, sobre todo, de evitarles el sufrimiento y los riesgos que implican estas enfermedades que no tienen cura ni tratamiento específico, sino sólo paliativos. Estamos muy contentos, y creemos que el tema debería debatirse en Argentina”, aseguraron Laura Reyna y Mariano Bufoni, fundadores de Acción Mitocondrial Argentina, una ONG que reúne familias cuyos hijos sufren patologías mitocondriales.
Laura y Mariano son papás de Joaquín, de 9 años, que tiene un diagnóstico presunto de síndrome de Leigh, un raro trastorno que afecta el sistema nervioso central. Como él, uno de cada 6.500 niños en el mundo padecen algún tipo de enfermedad en la que las mitocondrias, las organelas ubicadas en el citoplasma de la célula, no transforman la energía de los alimentos en energía celular. De manera que los bebés que nacen con estas células dañadas pueden sufrir daño cerebral, pérdida de masa muscular, fallo cardíaco y ceguera, y en muchos casos fallecer.
Leyes. La luz verde en Inglaterra a la “donación mitocondrial” busca evitar la transmisión de estas enfermedades neurodegenerativas. “La técnica consiste en generar un embrión con material genético de los padres y una mitocondria de una mujer donante sana”, afirmó Sergio Papier, presidente de la Asociación Argentina de Medicina Reproductiva.
El núcleo del óvulo de una madre con ADN defectuoso en sus mitocondrias será trasplantado en otro donado por una mujer sana –cuyo núcleo ha sido extraído previamente–, que será luego fecundado por espermatozoides del padre. “El ADN que está en la mitocondria sólo constituye el 0,1% del ADN total del nuevo bebé, y aporta 37 genes de los 20 mil-25 mil del genoma total”, explicó Jorge Dotto, médico de la UBA, especialista en genética de la Universidad de Harvard, columnista de Rouge. En este sentido, Papier afirmó que “el material genético de la mitocondria no incide en las características genéticas y fenotípicas de la persona. Es decir, el color de ojos, el color de pelo o la altura”.
La Ley de Fertilización Asistida argentina no especifica sobre esta técnica, aunque sí hace referencia a que se podrían incluir nuevos procedimientos siempre que sean aprobados por la autoridad de aplicación (Ministerio de Salud de la Nación). “La técnica que se aprobó en Inglaterra no está incluida en la ley nacional, ya que es muy novedosa y específica”, explicó Dotto. Además de la ley de cobertura, también tiene media sanción en Diputados una ley específica sobre técnicas de fertilización asistida, pero se refiere más a aspectos básicos como la donación de gametos. “El país está capacitado para esta técnica, pero van a ser necesarios una regulación especial, un código de ética y un ente de aplicación”, concluyó Papier.
El dilema ético y religioso. La modificación de la ley de fertilización asistida inglesa suscitó fuertes críticas desde la Iglesia Católica y la Protestante, que advirtieron que esta técnica no es aún segura ni ética.
Graciela Moya, investigadora del Instituto de Bioética de la UCA, explicó que las objeciones éticas no residen en la finalidad de estas técnicas sino en los medios que utilizan para llegar a esa finalidad: “Esta técnica utiliza la gestación deliberada de embriones humanos que serán destruidos”.
Según la especialista, “el embrión humano gestado con el óvulo de la dadora es considerado un ser humano de descarte, cuya vida está destinada a ser sacrificada para el nacimiento de otro niño sano. Este embrión pierde toda su identidad y dignidad humana. Ya no es un fin es sí mismo, es un medio que permitirá que otro niño nazca sano”.
